Al final de la legislatura los números se confirman, la mitad de los pueblos de la provincia de Castellón tienen menos de 500 habitantes, y recientemente, el Instituto Nacional de Estadística (INE) advertía que en 2030 los municipios perderán el 15% de su población. La provincia de Castellón es la más afectada de toda la Comunitat Valenciana con el apagón poblacional, y un reto a combatir de forma conjunta por todas las administraciones.

Si algo ha caracterizado a Ciudadanos es su sentido común y el motivo por el cual hemos apoyado todas las iniciativas que van encaminadas a minimizar los efectos de la despoblación, como las ayudas para los recién nacidos dentro del programa del Repoblem, pero también aquellas que buscan generar nuevas oportunidades en nuestro interior, como las de mantener servicios sociales.

Hace una semana escuchaba un debate en el que participaba el presidente de la Diputación de Castellón defendiendo el papel del bipartidismo en materia de lucha contra la despoblación. No lo comprendí, me quede perpleja al escuchar unas palabras que caían en la autocomplacencia. ¿Cómo pueden estar satisfechos si estamos a la cabeza de toda la Comunitat Valenciana en materia de despoblación?

HACE TRES AÑOS se anunciaban medidas urgentes por parte del Consell y el Instituto Valenciano de Finanzas para paliar los efectos del cierre de cajeros bancarios automáticos en el interior y, tres años después seguimos sin saber cuando se harán efectivos estos anuncios electorales. Piensen en las molestias que supone tener que coger el coche hasta otro municipio para sacar dinero, algo a lo que la mayoría no estamos acostumbrados.

En Ciudadanos podemos estar de acuerdo en la buena voluntad y en el esfuerzo de algunas medidas, pero los resultados hablan por sí solos. Y en ese afán que tenemos en Cs por hacer una oposición constructiva en beneficio de los castellonenses hemos propuesto varias iniciativas como la de paliar los efectos de la exclusión bancaria, la de apostar por el relevo generacional como forma de atraer oportunidades laborales y de formar un proyecto de vida en nuestro interior.

Y, en materia del éxodo hacia las ciudades, somos especialmente críticos en dos cuestiones: la falta de inversiones en infraestructuras y transporte en nuestros municipios que deja incomunicados a las personas que no disponen de un vehículo privado o la capacidad de conducirlo para establecer allí una vivienda habitual. Y la segunda, más inversiones europeas para dotar las zonas de despoblación de un elemento indispensable en el 2019, la fibra óptica. Actualmente, muchas empresas están optando ya por el teletrabajo, una solución para conciliar la vida laboral y familiar y que solo se puede llevar a cabo mediante las nuevas tecnologías. Sin un acceso a Internet de última generación estamos dejando a las empresas, existentes o futuras, sin una herramienta indispensable para poder competir con las zonas urbanas.

Pero también, estamos evitando que las personas que disponen de un empleo y la capacidad de teletrabajar, no vean como una opción viable instalarse en los pueblos.

*Portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Castellón