La mentira no puede ser una estrategia electoral. El PP está dibujando una realidad paralela que solo existe en su campaña del todo vale. Al menos esa es la estrategia a la que se ha entregado Carrasco en una carrera alocada para no seguir perdiendo apoyo. Sorprende que mientras el presidente de la Diputación pide respeto y defiende la presunción de inocencia, la portavoz municipal del PP ha cogido el lanzallamas y está incendiando la política local. La piromanía de la dirigente conservadora ha sido habitual a lo largo de todo el presente mandato, en el que ha instalado el todo vale como forma de realizar la labor de oposición. Una actitud hostil que se ha agudizado desde que es candidata electoral.

Ha sido incapaz de presentar ni una sola iniciativa plenaria para impulsar la creación de empleo, ni sobre el modelo de ciudad. Su paso por el Ayuntamiento no se ha traducido en ninguna medida que haya mejorado las condiciones de vida de la ciudadanía. Durante cuatro años en el banquillo del PP se ha especializado en la gresca y en la confrontación. Esta actitud incendiaria solo obedece al intento de camuflar su responsabilidad en la trama de presunto amaño de contratos en el caso Púnica. Carrasco era la número dos del exalcalde Alfonso Bataller cuando saltó el escándalo que ahora investiga la justicia y el actual lugarteniente político de la portavoz es el concejal Juan José Pérez, quien también está implicado en el supuesto caso de corrupción. En lugar de explicar si participó en la trama para amañar contratos municipales para promocionar al exalcalde, Carrasco se dedica a acusar al resto de grupos. Veremos si aclara estos supuestos chanchullos de sus compañeros de partido para usar recursos públicos del Ayuntamiento de Castelló en beneficio del PP.

*Portavoz adjunta Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Castelló