La semana pasada, mientras presidía el proceso de selección del jurado encargado de dilucidar si Harvey Weinstein es culpable o inocente de cinco cargos por delitos sexuales con los que la fiscalía de Nueva York ha imputado al productor cinematográfico de 67 años, el magistrado James Burke subrayó: «Este juicio no es un referéndum sobre el movimiento #MeToo, no es un referéndum sobre el acoso sexual, no es un referéndum sobre los derechos de las mujeres». Era un recordatorio posiblemente necesario ante un caso de innegable repercusión mediática y social que a menudo es interpretado como esas tres cosas. Y la responsabilidad de haber interiorizado el mensaje recae sobre los siete hombres y cinco mujeres que han sido seleccionados entre cerca de 600 neoyorquinos para juzgar a Weinstein en un proceso en el que la fiscalía y la defensa presentan en la jornada de hoy sus argumentos iniciales.