Los pediatras que atienden en los centros de asistencia primaria (centros de salud) trasladan a los médicos de familia las historias clínicas de sus pacientes en el momento en que cumplen 15 años, a diferencia de sus colegas destinados en hospitales, que los visitan hasta alcanzar los 18 años. La Asociación Española de Pediatría (AEP) se propone eliminar esa dicotomía, que consideran perjudicial para sus jóvenes pacientes, y tiene previsto solicitar a las autoridades académicas y sanitarias que la función asistencial de los pediatras de primaria se extienda hasta que la población que se les asigna cumple 18 años.

Esta medida debería ir acompañada de una mayor dotación de plazas de formación como médico especialista en Pediatría, ya que las promociones de pediatras que ahora acaban su especialización resultan insuficientes para cubrir la asistencia de la población española menor de 18 años, según explica la propia AEP.

DISCREPANCIAS // Los médicos de familia, en cambio, se oponen a que la asistencia de sus pacientes de más de 15 años pase a depender de los pediatras. El contencioso, antiguo, cuenta con partidarios de una y otra medida en ambos colectivos médicos. «Yo soy claramente partidaria de que los pediatras de asistencia primaria pudiéramos atender a los niños y jóvenes hasta que cumplen los 18 años», afirma Lina Ballesteros, pediatra. «Los médicos de familia tienen muchos campos que atender y no se dedican a los problemas de la adolescencia. Nosotros, en cambio, conocemos a esos niños desde que nacieron», dice.

Los médicos de familia aducen, por su parte, que un joven de 18 años no se siente cómodo cuando acude a la consulta de un médico que atiende a bebés, y añaden que su especialización los forma para atender a personas adultas de cualquier edad. «La adolescencia, que es la edad en que nosotros dejamos de atender a esos pacientes, es un periodo muy complejo y específico», reitera la doctora Ballestros. «Es muy difícil que un médico que no conoce al chico de 16 años que se le ha asignado pueda abordar sus problemas. Nosotros los hemos visto crecer. El médico de familia tiene otros frentes abiertos», matiza.

En España hay un pediatra por cada 1.200 niños, advierte la AEP, aunque los organismos internacionales aconsejan que lo adecuado es que haya un especialista infantil por cada 1.000 pequeños. Este organismo reclama asimismo que los pediatras de asistencia primaria puedan adquirir la formación como especialistas y titularse como tales, es decir, que existan neuropediatras o expertos en psiquiatria infantil, por ejemplo, formados para atender en los centros de salud. En los hospitales sí existen pediatras formados como especialistas en distintas áreas.