El cuerpo del castellonense Pablo Alemany, de 47 años e hijo del fundador de la empresa azulejera Carmalasa, recibió sepultura ayer en Granada, ciudad en la que residía y a la que se dirigía cuando la avioneta que pilotaba se estrelló sobre una zona muy escarpada de la sierra de Segura, municipio de la provincia de Jaén.

Los investigadores tratan ahora de esclarecer las circunstancias de un suceso que ha conmovido a una buena parte de los empresarios de Castellón, al tratarse de una familia muy conocida en este campo. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Jaén dijeron ayer que ahora habrá que esperar a los resultados de las investigaciones, aunque en un principio se baraja el factor meteorológico como causa más probable del suceso, como ayer avanzó Mediterráneo. Asimismo, también se indicó que lo escarpado de la zona complicó las tareas de rescate, en la que participó medio centenar de efectivos, según las mismas fuentes. Fue el propio secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, quien apuntó que las “condiciones que se encontró el piloto eran especialmente adversas”, con fuertes rachas de viento y difícil visibilidad.

También se da la circunstancia de que en esta zona se estrelló un avión militar Mirage en 2009, que había partido de Los Llanos. H