Una gran tormenta de nieve y fuertes vientos paralizó este sábado diez estados de la costa este de Estados Unidos y dejó al menos 18 muertos, decenas de heridos y centenares de personas atrapadas durante horas y horas en las carreteras.

La tormenta sorprendió a la ciudad de Nueva York, que pasó en pocas horas de esperar efectos menores a prohibir el tráfico rodado hasta el domingo a primera hora ante el pronóstico de una nevada histórica que ya ha superado los 63 centímetros, la tercera mayor desde el inicio de los registros en 1869.

La ciudad más poblada del país suspendió el metro exterior, la isla de Manhattan cerró los túneles y puentes que la conectan, y hasta se quedó sin uno de sus iconos: todos los espectáculos cancelados en Broadway, la gran avenida de los teatros.

La capital, Washington DC, está desde el mediodía del viernes en máxima alerta y el sábado sufrió la peor fase de la tormenta, con violentos vientos, visibilidad casi nula, grandes acumulaciones de nieve y temperaturas gélidas en descenso hasta mínimas cercanas a los menos 20 grados centígrados.

SIN TRÁFICO // Las autoridades de Nueva York pidieron ayer a todos sus habitantes que sigan restringiendo el uso de las vías mientras se completan los trabajos por el impacto de la fuerte tormenta de nieve que castigó el sábado a toda la gran ciudad.

“Dejen su auto donde está”, afirmó el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, en una rueda de prensa para hacer una evaluación de las tareas realizadas y pendientes por la nevada, que afectó a la ciudad el sábado con una intensidad superior a la prevista.

Igual llamamiento hizo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien en una rueda de prensa anterior pidió a los habitantes de la ciudad que solo realicen los viajes que sean necesarios por emergencias.

Pero la ciudad recuperó ayer el tráfico de vehículos privados al quedar sin vigencia la prohibición que fue impuesta a primera hora de la tarde del sábado para permitir los trabajos de las máquinas quitanieves. H