La nula rentabilidad de los depósitos no impide que continúe creciendo el dinero que los castellonenses guardan en el banco, pero sí hace que los ahorradores huyan de los plazos fijos y que el capital colocado en cuentas corrientes haya batido un nuevo récord este año, al alcanzar los 3.390 millones de euros. Esta cifra, que recoge el informe que acaba de emitir el Banco de España sobre el primer trimestre del 2017, implica un incremento de 1.201 millones en doce meses, es decir, es un 30% más abultada que en el 2016.

De lo que se trata en este caso es de que, ante la imposibilidad de obtener rendimiento en los tradicionales plazos fijos, de los que han huido 1.201 millones de euros en la provincia en solo doce meses, hasta quedar reducidos a 4.752 millones, las familias optan por otra solución sin riesgo.

CAMBIO DE TENDENCIA

Casi de forma histórica, si en un hogar se contaba con una cantidad de dinero ahorrado, el procedimiento habitual era el de colocarlo en un depósito a plazo fijo. Entre las principales ventajas valoradas por las familias ha estado siempre situada en cabeza que no daba sorpresas y, aunque el rendimiento ha sido siempre menor que el de productos financieros con más riesgo, la sensación de seguridad primaba.

La llegada de la durísima crisis económica en el año 2008 --un capítulo sin cerrar todavía por completo-- implicó el descenso progresivo del precio del dinero y de los tipos de interés, una política financiera --que desde hace años controla el Banco Central Europeo (BCE)--, que ha beneficiado a quienes necesitaban endeudarse, pero que penaliza claramente al ahorro. Al menos al de los inversores más modestos y conservadores, los que no quieren arriesgar y que rechazan opciones como la de los mercados bursátiles, siempre más volátiles.

Uno de los destinos mayoritarios de esos pequeños ahorros está en los últimos años en otro tipo de cuentas, como son las denominadas a la vista o de ahorro, que tienen en común que permiten la inmediata retirada de los fondos, es decir, suponen liquidez.

Esa liquidez se traduce no solo en poder sacar el dinero o hacer pagos en el momento, sino en permitir la domiciliación tanto de de los gastos fijos, como de ingresos percibidos.

El mencionado informe del BdE revela que al cierre del primer trimestre los dos tipos de depósitos sumaban 7.525 millones de euros en Castellón, frente a los 6.219 de la misma fecha del año anterior, lo que implica un alza conjunta que llega al 21%.

En solo los primeros tres meses de este año, los castellonenses han inyectado en sus cuentas a la vista 259 millones de euros, la friolera de 2,87 millones al día.

En el caso de las de ahorro, el incremento diario en el 2017 es de 1,62 millones, al recibir estamodalidad 146 millones entre enero y marzo, y alcanzar el total de 4.135 millones de euros.

TÍMIDA VUELTA DEL LADRILLO

Si las reticencias ante una posible inversión en bolsa, al menos en los productos más arriesgados, son todavía importantes para el pequeño ahorrador de la provincia de Castellón, sí comienza a volver la mirada hacia los activos inmobiliarios tras años de parálisis total en este sector.

De hecho, como informó Mediterráneo, la vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Castellón, Nuria Marco ha confirmado que comienza a ser frecuente el caso de quienes adquieren pisos de bajo precio para reformarlos mínimamente y sacarlos al mercado del alquiler, en pleno auge.

Es un dato más que apuntala la idea de que se está consolidando una cierta recuperación económica, al menos para quienes cuentan con recursos económicos suficientes para invertir.