Peculiares medicamentos, trabajadores de Ferrari, faraones, presos y policías, fresas o la muerte mejicana desfilaron este sábado por las calles de Vila-real con motivo de la celebración del Carnaval que, un año más y ya va una década, organizó la Comissió de Penyes.

Gente de todas las edades, pero especialmente adolescentes, fueron los protagonistas de este desfile de color, humor y diversión.

La programación arrancó a las 19.00 horas en la plaza Major y el encuentro del Villarreal contra el Levante en el Estadio de la Cerámica motivó que el pasacalle amenizado por dos charangas hacia el Centre de Congressos, Fires i Trobades, elegido como espacio final de fiesta al ser «más neutral» --en años anteriores se llegaba a alguna de las discotecas de la ciudad--, diera inicio a las 20.30 horas.

En ese espacio de tiempo, desde la Comissió se instaló un photocall para que los asistentes pudieran hacerse una foto y así poder optar a los diferentes premios en categoría infantil (una mochila de Deportes Eva), individual (a cargo de La TaVerda) y grupo (un escaperoom con LimitTime) cuyos ganadores se dieron a conocer en la discomóvil en el Centre de Congressos, fiesta que se alargó hasta la medianoche.

La Comissió de Penyes vendió, según su presidenta Susana García, unos 70 tickets con derecho a agua y bocadillo para quienes no quisieran llevarse la cena de casa. Los organizadores optaron por no disfrazarse y llevar una camiseta identificativa.