Una buena cerveza acostumbra a servirse fría en cualquier bar o restaurante, pero contrariamente a la opinión general, cuantos menos grados tenga la cerveza no tiene por qué saber mejor. Dejando a un lado que cuanto más fría esté la cerveza, más pueda refrescar el paladar, servirla a una temperatura distinta a la aconsejada altera considerablemente sus propiedades básicas.

La teoría de que una cerveza debe consumirse por debajo de los 3 grados no es acertada. En cervezas artesanales por ejemplo si son degustadas a esta temperatura tan gélida pueden dejarse de apreciar su intensidad, olor e incluso su sabor. Por su parte, cuanto más caliente esté, ésta pierde el amargor de sus lúpulos a la vez que disminuye el gas, por lo que el alcohol y otros aromas secundarios prevalecerán sobre los aromas deseables.

Como en tantos otros productos, en el término medio está la virtud para consumir perfectamente una cerveza. Cada cerveza tiene su temperatura ideal, que es aquella con la que la cerveza se siente a gusto y se expresa en su total plenitud de sabores y aromas.

Temperatura ideal para la cerveza

Según Randy Mosher, en el libro ‘Cómo catar una cerveza’, las temperaturas a las que se debe servir cada cerveza, variando entre los uno y los 14º:

  • 1-4º C: American Mainstream Lager, Light, Sin Alcohol.
  • 4-7º C: Pilsner, Hefeweizen, German Helles, Berliner Weisse, Belgian Blanche o Witbier, Fruit Lambics y Gueuzes.
  • 7-10ºC: Pale Ale, Amber Ale, APA, IPA, Dunkelweizen, Stout, Dry Stout, Porter, Fruit Lambics y Gueuzes secas, Faro, Belgian Ale, Dunkel, Schwarzbier, Smoked, Altbier, Abbey o Trappist Tripel, Irish Ale.
  • 10-14°C: Bitter, Extra Special Bitter, Brown Ale, India Pale Ale, English Pale Ale, English Strong Ale, Old Ale, Saison, Baltic Porter, Abbey Dubbel, Belgian Strong Ale, Weizen Bock, Bock, Foreign Stout, Scotch Strong Ale, Imperial IPA.
  • 14-16° C: Barley Wine, Abbey o Trappist Quadrupel, Imperial Stout, Doppelbock, Eisbock.