l fichaje de Vicente Albero por el Bloc va a ser como mínimo la noticia política de la semana. De repente, un partido que en Castellón se veía en la necesidad de obligar a Toni Porcar a desdoblarse en la lista municipal y la autonómica, sitúa como cabeza de lista a uno de los políticos con más prestigio de Castellón.

Ahora se oirá el crujir de dientes del PSPV-PSOE hasta en las casas de Ciscar, Lerma y Pla, por dejar a la intemperie al exministro de Agricultura. Los votos que pueda conseguir el Bloc con Albero le vendrán precisamente de la izquierda (y algunos de la derecha más centrada). Aunque poco podrá hacer el Bloc en Castellón si no consigue juntar con Valencia y Alicante el cinco por ciento suficiente para entrar en las Cortes Valencianas.

Albero significará además para el Bloc un revulsivo interno. El Tercer Espacio que defiende Mayor sirve para poco si no renueva la militancia, anclada en la vieja batalla de los símbolos y el nacionalismo decimonónico. Sólo hay que pasar revista a los ayuntamientos donde tienen concejales, excepción hecha de Porcar y Maria Engracia Molés.

Como ejemplo vale un botón. Al nuevo candidato le parece necesario el Plan Hidrológico Nacional. Con retoques, pero necesario para las tierras de la Comunidad Valenciana. Una decisión con riesgo, pero que dejará dejará convulso el espacio político de Castellón.