l caos se adueñó ayer de la ciudad de Castellón. Final de mes, final de junio y un fallo en el sistema informático de los semáforos, provocaron un atasco monumental en el centro de la ciudad. Todo el plan de choque redactado por Javier Moliner se fue al garete en un día.

Para cualquier conductor sufrir un atasco es el peor de los castigos. Y el ayuntamiento que consiente estos atascos es el culpable de todos los males. Por eso resulta paradójico que solucionar los problemas de tráfico no sea la prioridad de cualquier político.

Porque sin disculpar de sus pecados a Moliner, estos atascos se dan igual en municipios gobernados por el PSOE, por el PP o por Izquierda Unida, que en Córdoba los hay e igual de gordos como en la ciudad de Gimeno. Por eso y porque soy un cómodo conductor al final resulta que los políticos no se atreven a ponerle el cascabel al gato del tráfico. unidad

l Partido Popular de Fabra, el PSOE de Navarro y el Bloc de Pañella dieron ayer una muestra de unidad al defender conjuntamente en la Diputación la liberalización de la AP-7. Luego Fabra reconoció la marginación de Castellón por parte de los diferentes gobiernos. Y Navarro no le fue a la zaga al pedir un pacto entre todos para reclamar infraestructuras. Valientes. Ponen Castellón por encima de las siglas.