El curso escolar arranca de nuevo y muchos pueblos del interior de la provincia de Castellón se enfrentan, un año más, al problema de la falta de alumnos en sus centros educativos. En esta campaña, esta situación se repite hasta en 40 distintas localidades, donde verán cerrada la escuela por no cubrir el cupo mínimo de estudiantes.

La solución ha llegado, en muchas ocasiones, de la mano de la inmigración, un fenómeno cada vez más arraigado en la provincia y no siempre valorado suficientemente, que está permitiendo que los colegios de pequeños pueblos puedan mantener su actividad.

Por tanto, los extranjeros no sólo están sirviendo de mano de obra imprescindible en los sectores de la economía menos valorados, sino que también aportan otros beneficios sociales, como ocurre en el terreno educativo.

De ahí la importancia de la plena integración de los ciudadanos extranjeros en la vida diaria, siempre de forma controlada y con beneficios para todos. La coordinación entre administraciones y la colaboración de los ciudadanos es la mejor vía para mantener y favorecer el desarrollo de las comarcas interiores.