Aquí en Castellón no son habituales las fiestas de Moros y Cristianos, aunque los he visto desfilar en Segorbe y Gaibiel. Ahora esta conmemoración se ha suavizado para no herir la sensibilidad de los seguidores de Mahoma. Hasta tal punto, que en las calles de Nueva York solo han desfilado los cristianos de Alcoy y no los moros.

Esto convierte la conmemoración de la victoria de los cristianos sobre los moros en ridícula, con la aparición de sólo uno de los dos bandos contendientes.

Esta noticia, que recuerda a la autocensura de la ópera de Mozart en Alemania, me hace releer el libro Política sin Dios de George Weigel, en el que advierte de los complejos de una Europa incapaz de reconocer en su nueva Constitución, entre miles de palabras, su pasado cristiano.

La actual "moda" de eliminar cualquier referencia a lo religioso nos lleva a extremos ridículos. Entre ellos el de tratar de ignorar la importancia de 15 siglos de cristianismo en Europa, que nos ha configurado como lo que somos. En este libro se hacen observaciones preocupantes sobre el futuro de la Unión Europea, como la que previene de lo dificultoso que puede llegar a ser la "asimilación pacífica de la población inmigrante, sobretodo, de los inmigrantes islámicos que, como advierte Fouad Ajami, son propensos a radicalizarse por el hecho de vivir en tierra de infieles, sin mencionar los ya radicalizados que vienen a Europa-"

Y se recogen interesantes reflexiones sobre la dificultad de convivir con aquellos cuyas sociedades --con la excepción de Turquía-- nunca han llegado a ser democráticas.

Yo tengo, pese a todo, confianza en que la inmensa mayoría de musulmanes que viene a España acabará por integrarse y vivirá un proceso de secularización intenso, especialmente entre las mujeres, que observan en un mundo occidental posibilidades inalcanzables en sus sociedades.

En fin, no me parecen mal mínimas variaciones en nuestras fiestas de Moros y Cristianos, conmemorativas de la Reconquista, siempre y cuando, al final, no parezca que fuimos nosotros los que, en el año 711, sin que mediara invitación, llegamos desde África a Hispania para tomarla a los infieles.

Diputado nacional del PP