No, el problema que tenemos los españoles en general y los castellonenses en particular no es el fascismo, como machaconamente nos intentan vender los gurús de la izquierda patria.

Parafraseando a Bill Clinton en su famoso «It’s the economy, stupid», utilizado durante la campaña electoral estadounidense de 1992 contra George Bush padre, nuestro principal problema es «la sanidad y la vacunación, estúpido», solo así mantendremos la economía en condiciones de normalidad.

La izquierda que nos gobierna tanto en España como en la Comunitat Valenciana y en Castellón debería practicar menos la polarización y más la vacunación.

Esa izquierda guerracivilista y rencorosa a la que como reconoció Zapatero en su entrevista a Iñaki Gabilondo ante un micrófono mal cerrado: «Nos interesa que haya tensión»; le debería interesar menos boicotear hospitales públicos donde no gobiernan -como el Zendal- y le debería interesar más reabrir los consultorios y centros de salud cerrados durante la pandemia donde sí gobiernan -como en la Comunitat Valenciana y en concreto en Castellón-.

Les debería preocupar menos la propaganda y más la gestión.

Pero como diría el camarada Lenin, «los hechos son tozudos» y aquí en Castellón la sanidad y la vacunación, a la vista de los hechos objetivos, se aguantan solo gracias a la propaganda y no a la gestión.

Solo así se explica que los vacunódromos que debían afrontar la vacunación masiva, se abran un lunes y duren abiertos día y medio. Solo se puede explicar desde el afán propagandístico, que dista mucho del interés general y de la sanidad universal que tanto preconizan.

Pura propaganda

Si no tienes suficientes vacunas, ¿para qué una exhibición propagandística de este calibre? Si el lento ritmo de vacunación de crecimiento del 1% semanal es perfectamente asumible por los propios centros de salud, ¿para qué despilfarrar recursos económicos y humanos en una logística tan innecesaria como surrealista de apenas 48 horas? Pura propaganda con tintes propios de este Año de Berlanga que es el 2021.

Mientras tanto en Castellón continúa cerrado el Centro de Salud de Constitución y los consultorios auxiliares de Benadressa, Grupo Reyes y Grupo San Lorenzo. Nuestros mayores, especialmente en los barrios periféricos, se ven obligados a desplazarse a centros alejados de sus domicilios en el caso de necesitar una atención personal.

Pero la mayor parte de las veces es la atención telefónica la única que reciben, ya sea por un simple resfriado, por una infección o por cualquier patología que en numerosas ocasiones acaba siendo tratada más tarde de lo que sería deseable, resultando desgraciadamente nefasto para el paciente.

Pero mientras, nuestros gobernantes están entretenidos en su agitprop de reminiscencias soviéticas y como en la película El Sexto Sentido: «En ocasiones veo fascistas».

Hagan el favor de ver más sanidad y más vacunas, y menos fascistas.

Portavoz del PP en la Diputación