A día de hoy, todavía se cuestiona la discriminación que sufren las personas lesbianas, gais, trans y bisexuales (LGTB). Una prueba de ello son todas aquellas situaciones en las que alguien se pregunta ¿es necesario un día contra la LGTBifobia?

En ocasiones realizamos esta pregunta desde una posición de privilegios, donde la realidad de muchas personas resulta invisible, por creerla alejada de la nuestra propia. Sin embargo, a diario encontramos cómo esta libertad y estos derechos son cuestionados y vulnerados dependiendo del país donde vivamos. Un claro ejemplo es la desigualdad en la legislación por los derechos LGTB: hemos construido una sociedad donde no seguir la cisheteronormatividad puede ser una cuestión de vida o muerte. Según el informe anual de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (2020), en la actualidad existen 11 países donde ser homosexual está penado con la muerte y en más de 68 conlleva penas de cárcel. Además, 42 estados miembros de Naciones Unidas tienen leyes vigentes que restringen la libertad de expresión en lo que se refiere a contenidos LGTB. Pese a que en nuestro país existen leyes de protección a las personas LGTB, todavía falta mucho para poder alcanzar la igualdad de derechos frente a las personas cisheterosexuales. Hablar de lo que ha ocurrido con la propuesta de ley trans sería un ejemplo porque, lamentablemente, existen muchos más.

Si analizamos datos concretos, según el informe de la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales (2020) muestra cómo, en España, más del 30% de personas LGTB evita ir a ciertos lugares y casi un 50% no cogería a su pareja de la mano, por miedo a sufrir agresiones. En este mismo estudio se informa de cómo el 41% denuncia haber sufrido acoso por este motivo, aunque no siempre se ha encontrado un recurso de apoyo. Así pues, la vivencia de la sexualidad y la salud general resulta más compleja si cabe entre aquellos colectivos que han sido especialmente estigmatizados como las personas lesbianas, gais, trans y bisexuales (LGTB). No debemos olvidar que detrás de todos estos datos, hay personas que sufren dolor, culpa, vergüenza y soledad a causa de la invisibilidad y la incomprensión y, lo más importante, son rechazadas por el mero hecho de existir.

En este contexto, los estudios muestran una mayor probabilidad de desarrollar secuelas a nivel psicológico como es el trastorno de estrés post traumático, la depresión o incluso la ideación suicida, ya que una persona LGTB aunque no haya sido nunca agredida directamente, puede sufrir los mismos o similares efectos por el mero hecho de saber que puede ser atacada. Del mismo modo, otra consecuencia es la homofobia interiorizada, rechazo y no aceptación de la propia homosexualidad. Durante nuestra vida vamos instaurando de forma inconsciente los discursos de homofobia sutil de la sociedad heteronormativa, poco a poco van calando y hace que se incluyan en nuestras creencias de forma desajustada, lo que hace que en las personas LGTB desemboquen emociones negativas y sentimientos de malestar y rechazo hacia su propia identidad/orientación sexual. Crecer en un entorno homófobo y/o con ausencia de leyes que nos protejan genera una mayor sensación de diferencia, aislamiento y perpetua los prejuicios y estereotipos. Todo lo anterior justifica sobradamente que, entre las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se encuentre poner fin a la discriminación que sufren las personas no cisheterosexuales.

Visibilizar los derechos

Por todo ello, desde el Programa de Acciones para la Diversidad Afectivosexual y de Género, integrado en el Vicerrectorado de Promoción Lingüística e Igualdad de la Universitat Jaume I de Castelló y coordinado por Salusex, con apoyo de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas trabajamos a diario para visibilizar los derechos de las personas LGTB. Entre otras cosas, en 2018, se creó un punto violeta-rainbow permanente en el campus que ofrece atención y asesoramiento psicológico a todas las personas LGTB.

Paralelamente, existe un protocolo para la detección, prevención y actuación en los supuestos de acoso y discriminación por orientación sexual e identidad y expresión de género. Para tal fin, de manera continuada, se trabaja con el propósito de visualizar y concienciar en la necesidad de buscar soluciones por un problema social como es la LGTBifobia y favorecer una sociedad inclusiva.

«No son nuestras diferencias las que nos dividen, sino la incapacidad para aceptar y celebrar esas diferencias» (Audre Lorde)

Programa de Acciones para la Diversidad Afectivosexual y de Género. Salusex