Marco Tulio Cicerón (106 a. C. – 43 a. C.) sentenció: «Cedant arma togae» (que se plieguen las armas a la toga). Y es que la traición por intereses políticos es antigua, pero no por ello sigue ensuciando la vida política y la gestión municipal.

Como resulta notorio por su difusión en los medios de comunicación, el municipio de la Vilavella ha sido triste actualidad en esta legislatura municipal. En el 2019 porque resultó elegido alcalde un socialista por la voluntad expresa --con su ausencia-- del que fuera cabeza de lista del Partido Popular en el municipio, apartándose de los pactos del partido que encabezaba.

Poco más de un mes después, se conocieron unas grabaciones del que había sido elegido alcalde y también diputado provincial por el PSPV-PSOE, inadmisibles para cualquiera que quiera sostener una mínima dignidad democrática, puesto que poco más que pedía la traición a un concejal de otro partido a su favor, a cambio de su estabilidad laboral en la Diputación.

Y como no hay dos sin tres, ahora, a escasos once meses de la próxima convocatoria electoral (mayo 2023) y con unos presupuestos del 2022 aprobados que solo cabe su ejecución, se presenta una moción de censura con las firmas del que tuvo que dimitir como alcalde y como diputado provincial, con el apoyo de quien encabezaba el Partido Popular contra sus propios compañeros que, además, se integraba en la estructura de gestión de la Vilavella durante estos tres últimos años asumiendo concejalías delegadas.

Según el pacto por la estabilidad institucional, acuerdo sobre un código de conducta política en relación con el transfuguismo en las instituciones democráticas, aprobado el 11 de noviembre del 2020 y que puede encontrarse en la web del Ministerio de Política Territorial, también es tránsfuga quien habiendo concurrido en las listas de un partido lo traiciona. Si integrarse en el grupo político de sus compañeros ya es una traición, desestabilizar la política municipal traicionando a los votantes de la lista por la que concurrió (por dos veces) es transfuguismo. Por ello, será ahora el PSPV-PSOE quién deberá encargarse de gestionar y almacenar en sus alforjas semejantes conductas, para servirse en una moción de censura de tamaña indignidad.

Pero como Alcaldesa, al menos hasta hoy a las 12.00 horas si triunfa la moción de censura, solo puedo manifestar el inmenso orgullo que ha supuesto ser la alcaldesa de mi pueblo. Trasladar a la opinión pública que los manejos de algunos por el poder son ajenos al carácter noble y trabajador de los vecinos de la Vilavella. Quiero agradecer al concejal de mi partido y a los concejales del Partido Popular que me acompañan en el gobierno municipal en una legislatura municipal complicada --y con pandemia incluida-- su trabajo, reconociéndoles la valía que será usurpada por la traición a los votantes.

Alcaldesa de la Vilavella