2022

Hoy termina 2022. Este año ha dejado claras, ha consolidado en el imaginario colectivo, cuatro ideas. La primera es que Ciudadanos ha sido el proyecto político peor gestionado y más desaprovechado de los últimos 25 años. La oportunidad de consolidar un centro dinámico, un espacio liberal, una alternativa de voto útil frente a los populismos más venenosos, se ha ido al garete por culpa de todos y cada uno de los que han ostentado cierto grado de responsabilidad en el partido.

La segunda idea que ha cobrado peso es que el sanchismo miente más que habla. No recuerdo un movimiento político que haya utilizado así la mentira, como herramienta de adoctrinamiento de masas, en los cuarenta años que llevamos de democracia. En otros países y en tiempos pretéritos sí. Pero no en la España democrática y europeísta en la que vivimos.

La tercera es que el famoso seny català, si es que alguna vez existió de verdad, se ha esfumado. No queda de él ni la sombra. Quienes hoy gestionan el poder en la comunidad autónoma vecina ni tan siquiera son capaces de organizar las cuentas de una comunidad de vecinos. El otrora gran territorio económico se ha visto reducido a mera comparsa en un estado en el que otros territorios, mucho más pujantes, le van a enseñar cómo se hacen de verdad las cosas en el siglo XXI.

La cuarta es que, en esta bendita tierra nuestra, en muchas de las ciudades de la provincia de Castellón, la gente está harta. Harta de la suciedad de las calles, de los malos olores de los imbornales, del mal asfaltado de muchas calles y caminos, de la pésima iluminación que aporta el alumbrado público, etc. Y ojalá este hartazgo no degenere en algo peor. H

Escritor

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