LA RUEDA

Los datos que nos faltan

Henri Bouché

Henri Bouché

Leo los periódicos (siempre tienes la ventaja de conservarlos, porque están escritos), por aquello de que verba volant, scriptamanent, como dijo Cayo Tito: las palabras vuelan, lo escrito permanece… y se puede leer tantas cuantas veces se quiera, para bien o mal del autor. Pero, a pesar de escuchar o leer, necesitamos datos para entender. Por eso Juanito escuchaba la lección en el aula sobre la necesidad de datos, según el maestro, y las posteriores preguntas: ¿Cuánto son dos más dos? A lo que el alumno, con cara de póquer, decía: Maestro, si no me da más datos…

Eso es lo que, ante la lectura o la pantalla, sometemos a reflexión: se nos ofrecen argumentos acompañados de datos --a veces, vacíos--, inverificables para la mayoría de los espectadores, no como el problema planteado, y, a veces, interesadamente, expuestos. Ahora, además, habiendo léxico en español o en cualquiera de las lenguas autonómicas, se exponen vocablos en otro idioma, inglés preferentemente, o siglas sin traducir. Eso sí, se nos dan datos, pero ininteligibles para la mayoría. Maestro, si no me da más datos…Y, sobre todo, fiables y claros.

Confusiones

En la alegoría platónica de la caverna, los prisioneros andaban confundidos (ni siquiera eso, pues estaban encadenados) y carecían de datos para valorar su situación real. Confundían las sombras con la realidad y el error era gravísimo. Ahora, nuestra caverna tiene numerosos prisioneros, encadenados y atraídos por intereses espurios (falsos, ilegítimos, adulterados) que les inducen a confusiones en la percepción de la verdad, consciente o inconscientemente. Si, además, como es el caso, asienten acríticamente a quienes dicen saberlo todo, el resultado es la ignorancia con todas sus consecuencias. Por ello es una buena práctica estar atento a cuanto se dice y más al contenido que a las formas. Es necesario romper las cadenas de la conformidad basada en los formalismos aducidos, y pensar en la verdad y en las consecuencias de la pasividad. Salir de la caverna. Y si no hay datos, buscarlos afanosamente fuera de ella y pedirlos como lo haría Juanito.

Profesor

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