CON LAS OREJAS TIESAS

Yo invito y tú pagas

Juan Lozoya

Juan Lozoya

«Me parece una gran medida que ayuda a la conciliación familiar». «Es necesario que los empresarios sepan que no se puede explotar siempre a los mismos». «Se trata solo de que se ajusten mejor los equipos para que la jornada laboral sea más eficaz». «Ahora podremos recoger a los niños en el colegio todos los días, sin tener que hacer trampas, ni pedir favores». Estas han sido algunas valoraciones de trabajadores que he leído, escuchado o visto en los medios de comunicación estos días a raíz de que el Gobierno ha anunciado un acuerdo para rebajar la jornada laboral de 40 a 37,5 horas a la semana.

¡Y de puta madre, digo yo!

¡Me parece realmente cojonudo! Tanto, que propongo rebajarla aún más, hasta las 30 horas semanales… ¡Qué leches!

Solamente tengo dos preguntas. Bueno, realmente tengo muchas más, pero como los diez mandamientos, se resumen en dos. La primera es ¿quién tendrá que asumir este aumento de sueldo encubierto? Todos tenemos claro que irá a cuenta de las empresas y que al Estado o las administraciones públicas de menor rango, ni están, ni se les espera. La segunda es ¿qué consecuencias tendrá esta medida en el tejido empresarial y laboral de Castellón? Pues también todos deberíamos tener claro, porque no todos lo tienen claro, que tendrá dos consecuencias generalizadas en una provincia que está atravesando una especial crisis de rentabilidad y de destrucción del empleo en el tejido industrial.

Al paro

Una es que será mucho más complicado acceder al mercado laboral, especialmente los más jóvenes, porque las empresas, grandes y pequeñas, no quieren asumir compromisos de futuro… además de que se irá gente a la calle por perder rentabilidad. Y la otra es que ese sobrecoste en la producción repercutirá en una subida mayor de precios. ¡Así que a tomar vientos el control del IPC!

Es lo que tiene esta magnífica idea del Gobierno de que yo invito y tú pagas.

Periodista

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