Opinión | LA FIRMA

Sin emancipación

La alta inflación, la enorme demanda y la escasa oferta o el cuentagotas de nuevas promociones componen hoy los aliños necesarios para entender la actual situación de la vivienda en la provincia de Castellón, cuyo problema se ha convertido en estructural en los últimos años. Y esta misma situación puede explicar el déficit de viviendas en alquiler que se viene arrastrando y cuyo desequilibrio ha tenido una repercusión directa en los precios que se pagan por el arriendo de estos inmuebles, especialmente en la zona del litoral, donde se da el mayor estrés poblacional. Así y según explican los principales portales inmobiliarios, apenas una de cada diez casas que se ofrecen en alquiler en Castellón tiene un coste inferior a los quinientos euros al mes. Y prácticamente todas estas viviendas se encuentran muy alejadas de los principales núcleos de población. En el caso de Castelló, el precio medio del alquiler alcanza los 800 euros al mes. El problema se agrava cuando hablamos de los jóvenes que ansían emanciparse. De media tendrán que entregar a su casero casi el 92% de sus ingresos mensuales, lo que es una motivación extra para no salir del hogar paterno-familiar.

Por otra parte, si tomamos en cuenta lo que dice el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), una de cada cinco viviendas de Castellón se encuentra vacía, lo que representa, en sí mismo, un enorme contrasentido al que no se ha encontrado la varita mágica que nos permita amortiguar la tacaña oferta de pisos en alquiler... a precios que, si bien podrían estar razonados, en muchos casos no resultan razonables.

Director del periódico Mediterráneo