¿QUÉ PASA CUANDO NOS ENAMORAMOS?

Amor y dinero: ¿qué tienen en común y cómo interviene nuestro cerebro?

Hay sensaciones tan parecidas entre el amor de pareja y el dinero, porque en ambos casos hay una expresión de nuestra identidad

Amor y dinero: ¿qué tienen en común, cómo interviene nuestro cerebro?

Amor y dinero: ¿qué tienen en común, cómo interviene nuestro cerebro? / Freepik

El dinero y el amor podrían tener más en común de lo que creemos. Así lo afirma a 'Guías de Salud' de Maïté Issa, coach de manifestación, desarrollo personal y autora del bestseller Tu éxito es inevitable (Editorial Grijalbo). Aunque no lo parezca, la sensación que genera en nuestro cerebro el amor, es muy parecida a la que sentimos cuando nos enamoramos. Un estudio publicado en 'Neuroscience and Behavioral Reviews' confirma que "para el cerebro, el amor es análogo al dinero".

¿El amor y el dinero actúan de la misma forma en el cerebro? ¿Nos genera la misma sensación?

Hay sensaciones tan parecidas entre el amor de pareja y el dinero, en las experiencias positivas y negativas, porque en ambos casos hay una expresión de nuestra identidad, de las recompensas que esperamos y, sobre todo, son reflejo de nuestra autoestima, es decir, la relación que mantenemos con nosotros mismos.

Nuestra autoestima se alimenta de nuestros aciertos, lo que consideramos que son éxitos. Y el éxito en el amor o en la producción de dinero están aún muy vinculados a los aprendizajes ancestrales de supervivencia:

  • Nuestra relación de pareja condiciona nuestro instinto humano de reproducción, y el dinero es la interpretación actual de nuestra capacidad de salir de la cueva a obtener nuestro sustento. 
Maïté Issa, coach de manifestación, desarrollo personal

Maïté Issa, coach de manifestación, desarrollo personal / Cedida

Ambas fueron condiciones para preservar la raza humana y sobrevivir en un mundo primitivo, rodeado de amenazas de la naturaleza o los depredadores.

Estos refuerzos biológicos los podemos ver también en nuestras hormonas. La hormona del amor, más relacionada con el éxtasis sexual, es la oxitocina, que al combinarse con la dopamina genera ese estado de bienestar del enamoramiento. El dinero que invertimos en bienes de disfrute están asociados con las mismas sensaciones.

Cuando la experiencia es negativa, se liberan adrenalina y cortisol, la respuesta inconsciente de “lucha o huida” y las sensaciones desagradables de miedo y tristeza nos recuerdan que, tanto amor como dinero (reproducción y supervivencia), siguen teniendo un valor muy alto en nuestro cerebro primitivo.

Por eso, aunque el amor y el dinero puedan generarse en lugares diferentes de nuestra corteza cerebral, su similitud en sensaciones tiene mucho que ver con nuestros aprendizajes y la respuesta que biológicamente hemos aprendido a tener ante estas situaciones.

Ante estímulos positivos, ya sea en el amor o en cuanto a dinero, además de la liberación de oxitocina y dopamina, lo que pasa en nuestro cerebro es que reforzamos los aprendizajes que nos han llevado a experiencias exitosas

¿Qué le pasa a nuestro cerebro cuando nos enamoramos? ¿Y cuándo empezamos a ganar dinero?

Ante estímulos positivos, o ante la expectativa de una recompensa, ya sea en el amor o en cuanto a dinero, además de la liberación de oxitocina y dopamina, lo que pasa en nuestro cerebro es que reforzamos los aprendizajes que nos han llevado a experiencias exitosas.

Por eso barajamos ideas de invertir o ahorrar, según haya sido nuestra experiencia, o mostrar nuestros mejores talentos si estamos en fase de enamoramiento. Pero cuando nuestro inconsciente reconoce estímulos conocidos, al mismo tiempo activa otras creencias que influyen en nuestra percepción y decisiones, y que pueden llevarnos a sabotear nuestra meta.

Tenemos muchas ideas aprendidas acerca del amor y el dinero que no han pasado por el filtro de la conciencia. Por ejemplo, la idea de que el dinero es malo, o que desear el dinero es algo de lo que debemos sentirnos avergonzados, porque significa que somos egoístas, mundanos o superficiales.

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Aunque el amor y el dinero puedan generarse en lugares diferentes de nuestra corteza cerebral, su similitud en sensaciones tiene mucho que ver con nuestros aprendizajes / Adobe Stock.

Pero, nuestra capacidad para establecer relaciones de amor sanas y nuestra habilidad para hacer dinero están completamente unidas y relacionadas entre sí, a través de nuestra autoestima y la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos.

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Nos han enseñado en casa, en cuentos infantiles, en la escuela y en diferentes religiones que quien tiene dinero, o quien ansía el dinero, no puede aspirar también a tener buenos amigos, / Imagen de Sasin Tipchai en Pixabay

¿Somos racionales a la hora de manejar el dinero y el amor?

Ser racional, normalmente, se atribuye a eliminar el factor emocional en la toma de decisiones, bajo la creencia de que solo cuando nos deshacemos de lo que sentimos podemos acertar.

Entonces podemos ser muy racionales a la hora de elegir una pareja, pero eso no va a significar que nos enamoremos. Eliminamos las emociones de la ecuación. Lo mismo, podemos invertir dinero y generar dividendos, pero sin que esto nos proporcione ninguna satisfacción.

Como en casi todo, en el amor y el dinero no hay blanco o negro, hay muchos matices de grises. Lo más sano es observar las emociones y reconocer cuáles son nuestras creencias limitantes, para no sabotear la felicidad que obtenemos cuando logramos el equilibrio.

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La intensidad de las emociones sí van a estar muy influenciadas por la intervención de la oxitocina del amor y la dopamina del bienestar / Agencias

En su conjunto, ¿se forma un cóctel de felicidad?

Cóctel de felicidad o de frustración, todo va a depender de nosotros mismos. La intensidad de las emociones sí van a estar muy influenciadas por la intervención de la oxitocina del amor y la dopamina del bienestar.

Pero no podemos olvidar cómo influyen nuestros miedos, carencias, inseguridades y patrones de conducta aprendidos,. Entonces puede ser que, erróneamente, hayas hecho relación entre el bienestar económico de una herencia con peleas familiares; o relacionarte con una pareja y formar una familia, con la frustración de alguno de tus padres por no haber progresado en su trabajo. Entonces si entran en la coctelera también la adrenalina y el cortisol, las emociones que experimentas serán muy diferentes a la felicidad.

¿”Cambia” nuestro cerebro?

Puede hacer que cambie. Se ha demostrado la plasticidad cerebral, que es justamente la capacidad que tiene el cerebro de transformarse gracias a su red neuronal, y esto es lo que nos ha permitido adaptarnos a diferentes circunstancias.

Nosotros seguimos reproduciendo esquemas de vida que nos generen el mismo estrés y estado de alerta de cuando vivíamos en condiciones extremas, pero también somos capaces de reprogramar nuestro cerebro para adaptarse a situaciones de abundancia, en las que ya no es necesario luchar por los recursos, como estamos hablando de enamoramiento y bienestar económico en esta era.

También está el patrón de “te quieren por tu dinero”, o que solo te pueden valorar otras personas, o amar, si tienes prosperidad económica. Entonces deciden cuidar el dinero en extremo, porque sin él dejarían de merecer afecto.

Es muy común en estos casos el bloqueo de no invertir en sí mismos, tanto en amor como en dinero, es un asunto de identidad y amor propio. Porque hay un patrón de no merecimiento que debe ser solucionado en el plano inconsciente, para poder sanar tanto en las relaciones con las personas como en la relación con el dinero.

La empatía es lo que hemos aprendido, esa sensibilidad será nuestra respuesta inconsciente a una relación de amor o cuando conectamos con la abundancia económica

Yo suelo invitar a las personas a imaginar que tratas al dinero como tratarías a tu pareja. Muy a menudo culpamos al dinero porque no nos da lo suficiente, o no queremos mirar la cuenta bancaria porque nos genera malestar. O, por el contrario, no nos interesamos en él porque consideramos que es “malo” y que es el responsable de los problemas del planeta. Si trataras a tu pareja de este modo, no querría estar contigo, y sucede lo mismo con la abundancia. 

Si cambiamos nuestros pensamientos base, podremos cambiar también los resultados y tener relaciones sanas con la pareja y también con el dinero.

Con el amor y el dinero nNos volvemos más egoístas, o más empáticos?

Si velar por nuestros propios beneficios, sin contemplar el bienestar de otros, o incluso atropellando los intereses de otros, ha sido nuestro aprendizaje para amar o para ganar dinero, te encontrarás actuando de forma egoísta, aun cuando en cualquier otra situación no lo seas o esa conducta no se parezca mucho a tu forma habitual de proceder.

Si la empatía es lo que hemos aprendido, esa sensibilidad será nuestra respuesta inconsciente a una relación de amor o cuando conectamos con la abundancia económica.

Sin embargo, es muy importante encontrar y sanar los aprendizajes que guardamos en el inconsciente para que nuestras experiencias sean tan idílicas y románticas como nos gustaría, y para que nuestro vínculo con el dinero sea fuerte y positivo.