Casi dos millones de menores en todo el mundo son enrolados en las redes de prostitución infantil. La práctica mueve 10.000 millones de euros al año, lo que la sitúa como el tercer negocio ilegal más lucrativo, después del tráfico de drogas y el de armas. Centroamérica, el Caribe y el sureste asiático son los destinos favoritos de los turistas que requieren este tipo de servicios.