El pacto de Estado contra la violencia machista cumplió ayer un año desde su aprobación en el Congreso, en el peor escenario posible. Este mes han sido asesinadas nueve mujeres y las dos niñas de Castellón, cinco de ellas esta misma semana, lo que constata que por mucho que los partidos se esfuercen en alumbrar recomendaciones, 214 se incluyen en el acuerdo, el sistema falla y las mujeres siguen falleciendo.

La medida 187 instaba precisamente al Gobierno a realizar estudios sobre el «efecto acumulación» de crímenes machistas en un periodo corto de tiempo, de dos a cuatro días consecutivos. Es lo que ha ocurrido esta semana y sucede ocasionalmente, especialmente en épocas vacacionales, donde las parejas conviven más horas y pueden surgir conflictos por el cuidado de los hijos y otros problemas familiares.

CONCENTRACIÓN // Pero, más allá de este motivo, ¿existe un efecto contagio entre unos asesinatos y otros que explique la concatenación de sucesos cruentos? ¿La retrasmisión de las muertes motiva a otros maltratadores? Es lo que se trata de averiguar con el estudio, que el Gobierno ha encargado a la Universidad madrileña Carlos III, según expone la delegada del Gobierno, Pilar Llop. «Esperamos que arroje luz sobre si hay algún factor que explique la concentración», argumenta.

Efecto paso a la acción / Apenas hay estudios sobre la materia, pero el delegado contra la violencia machista en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Lorente, uno de los grandes conocedores de esta lacra, sí que ha observado que existe lo que él denomina un «efecto paso a la acción», que implica que la radiación de asesinatos «influye» en aquel maltratador que ya tenía planeado su acción y que encuentra que casos recientes «le sirven como refuerzo» para acelerar su plan criminal. A la espera de que lleguen las conclusiones, Llop señala que están trabajando «intensamente» en el resto de medidas incluidas en el pacto, que ha llegado al primer aniversario a medio gas, lastrado por el cambio de Gobierno y las disputas políticas, pese a que las desavenencias partidistas debían quedar de lado.

Es difícil contabilizar cuántas de las 214 medidas se han puesto ya en marcha, puesto que no hay un documento público donde se recojan, pero parece que están en tramitación o aprobadas tan solo una docena de propuestas. Llop señala que son más, y que informará de ello en el Congreso. No obstante, en la etapa del PP, la ministra Dolors Monserrat también insistía en que el 75% de las recomendaciones estaba «en proceso». Si bien, la reforma de la ley integral contra la violencia machista, que contenía el grueso de los cambios, no llegó al Consejo de Ministros. El Partido Popular la registró el pasado junio, cuando ya estaba en la oposición.

El PP racaneó además con los presupuestos y hasta que el PSOE no buscó los apoyos precisos no se consignaron los 200 millones de inversión previstos para 2018. Con estos mimbres, los socialistas, al llegar al poder, aseguraron que el pacto estaba en «pañales» y se pusieron manos a la obra para intentar insuflarle vida.