Ginés: el hombre que no tenía nada y encontró un hogar tras un "¿Quieres algo?" en Alicante

Estuvo en la cárcel y vivía en la calle de la comida que los supermercados desechan

Apostado cada día ante la sede de Cruz Roja, una trabajadora le impulsó a pedir ayuda

Ahora vive de alquiler y es voluntario en la asociación ayudando a gente sin hogar aprovechando su "experiencia"

José Ginés es voluntario de la Cruz Roja desde hace casi dos años.

José Ginés es voluntario de la Cruz Roja desde hace casi dos años. / ÁXEL ÁLVAREZ

Lucas Aliaga

La vida de José Ginés Cervantes gira en torno a ayudar a otros. Un día normal consiste en levantarse a las seis de la mañana, darse una ducha caliente, desayunar e ir a la Cruz Roja de Sant Joan (Alicante). Allí, colaborar con lo que pueda. Mover cajas de donaciones de comida, ir a repartirla a quienes la necesitan, hacer seguimientos de la situación de personas sin hogar... Hace tan solo tres años la situación era muy distinta.

Antes de la pandemia su día consistía en "sobrevivir", así lo describe. No tenía agua caliente, ni un desayuno esperando. Vivía en la calle, subsistiendo con la comida que los supermercados deciden tirar y buscando donde dormir cada noche.

Ginés ha vivido toda su vida en Sant Joan. Con una juventud problemática, ha pasado por la cárcel en más de una ocasión. Salió por última vez en 2006. Los siguientes seis años si conseguía trabajo se pagaba un alquiler. Cuando no tenía ingresos, en un principio recurrió a un piso abandonado y destrozado, sin luz ni agua, que pertenecía a su familia. Se hizo un hueco entre los escombros para poder dormir bajo techo.

En un principio recurría a robar comida. Cuenta que enfrentarse a que la gente de tu pueblo te vea buscar alimentos en la basura es "muy duro de asimilar, sobre todo para alguien orgulloso" como es su caso. "Prefería robar", explica. Pero con el tiempo aprendió que es respetable buscar algo que llevarse a la boca.

Con el tiempo hubo menos periodos de trabajo. Durante los últimos años prepandemia, ya no tenía tampoco a donde ir y cada noche buscaba un lugar en el que dormir tranquilo. Se acostumbró a la rutina de acudir a los supermercados al ocaso a aprovechar los alimentos que tiran.

El covid

La pandemia lo cambió todo. Tuvo que estar ingresado durante 7 meses en el hospital por problemas de salud. Poco después de que le dieran el alta comenzó la cuarentena. Ya no podía recoger comida de los supermercados. Tampoco asearse con el agua de las fuentes públicas, a las que se cortó el agua.

Llegó un punto en el que ya no sabía qué hacer. Durante un mes fue día tras día frente a la puerta de la Cruz Roja pero sin atreverse a cruzar la calle. Hasta que un día, Helena López Miralles, directora técnica de la sede de Sant Joan de la Cruz Roja, salió y le preguntó: "¿Quieres algo?"

Conseguir ayuda

Ginés había desconfiado de entidades como la Cruz Roja durante mucho tiempo. "Siempre había opinado que no ayudaban a nadie, que iban por ahí con la huchita. Tenía esa opinión por ignorancia", sentencia. Afirma que durante meses ha podido comer gracias a ellos. Pero que le ofrecían mucho más que comida: "Lo más importante es que he tenido a alguien que ha hablado conmigo sin mirar lo que tiene delante". Para él la Cruz Roja le ha aportado una familia, gente que no le juzga y le aprecia tal cual es.

Helena López y diversos voluntarios le acompañaron en el proceso de buscar ayudas, tras dos denegaciones se le dio el Ingreso Mínimo Vital en junio de 2021 se llevaron una alegre sorpresa. Ginés acudió a la Cruz Roja algo confuso, había recibido un SMS que notificaba un ingreso de más de 5.000 euros a su cuenta. Pensó que debía ser un error, pero le habían dado el ingreso junto con los atrasos de un año. Ese mismo mes pudo alquilar una habitación. También le ayudaron a obtener la Ayuda de Renta Valenciana y ahora puede vivir una vida tranquila y segura.

Ayudar a otros

Dejó de recibir ayuda de la Cruz Roja; sin embargo, seguía pasando a menudo para saludar a todos. Un día Helena López le propuso ser voluntario. Él aceptó sin dudarlo. Desde entonces va siempre que se le necesita.

Helena López es la primera trabajadora social que se acercó a Ginés.

Helena López es la primera trabajadora social que se acercó a Ginés. / ÁXEL ÁLVAREZ

Colabora principalmente en tres tareas: el proyecto de ayuda a personas sin hogar, el reparto de alimentos y de vez en cuando participa en el acompañamiento de personas mayores.

Quienes participan en el proyecto de ayuda a personas sin hogar hacen una ruta al rededor de las ocho de la tarde para visitar todos los puntos de pernocta conocidos de las personas que tienen registradas en su sistema. Pueden llevar alimentos, agua, ropa, etc. Pero es principalmente para hacerles un seguimiento y en caso de que tengan alguna necesidad ayudarles a cubrirla.

"Ver que la gente te ignora es lo que más te hunde"

José Ginés

El reparto de alimentos consiste en recibir donaciones por parte de los supermercados de comida con fecha de caducidad próxima. Comprobar que todo esté en buen estado y repartirlo entre los usuarios.

El acompañamiento personal a mayores trata de ayudar a estas personas en diversas situaciones, tales como acompañarlas al médico o ir a hacerles recados o simplemente hacerles compañía si se sienten solos.

Su mensaje a la gente

A pesar de haber vivido durante años una situación complicada y precaria, lo que más le afecta recordar a Jose Ginés no es la falta de comida o buscar donde dormir, sino ser ignorado.

Considera que el que alguien mantenga una conversación de cinco minutos tiene más valor que el que den un euro o una barra de pan, ya que en esos cinco minutos pueden ser los únicos de ese día en el que esa persona sin hogar "se sienta como un ser humano". Cuenta amargamente una anécdota de un día que, sentado en un banco de un parque vió como todos los otros bancos estaban totalmente llenos excepto el suyo. "Ver que la gente te ignora es lo que más te hunde", lamenta.

Afirma que todos deberíamos tener más humanidad y no debería ser normal que en una gran ciudad puedan hacer cinco personas tiradas en el suelo mientras multitudes pasan de largo "sin dirigirles ni un buenos días".

Actualmente la Cruz Roja cuenta con 26 centros en la provincia de Alicante. Estos han ayudado a 1338 personas sin hogar, 259 de ellas mujeres, a lo largo de 2023 mediante más de 10.000 intervenciones.

Cuentan con centros de día específicos para personas sin hogar en las localidades de Villena, Elda, Alcoi y Petrer.

En Alicante ciudad disponen de un Centro de Intervención de Baja Exigencia (CiBE) que actua como centro para dar atención a aquellos del colectivo que tienen adicciones.

En la ciudad de Elche disponen de una caravana móvil con duchas.