Los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial han condenado a un vecino de la capital de la Plana, Juan Pedro Carretero Rodríguez, de 43 años de edad, también conocido como El andaluz, a dos años y un día de cárcel por abusar sexualmente de una niña de solo cinco años en el Pai Sensal de Castellón.

Los padres de la pequeña no reclaman indemnización alguna ya que dada la corta edad de la menor esta no ha padecido ningún síntoma de daños psicológicos.

El tribunal también le impone al acusado la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de la menor ofendida, de su domicilio o de cualquier lugar en que se encuentre, así como de comunicarse por cualquier medio durante el tiempo de tres años superior al tiempo de la condena de prisión que le viene impuesta.

Según reza la sentencia, a la que ha tenido acceso Mediterráneo, los hechos sucedieron el 17 de diciembre del 2010. La niña salió del colegio sobre las 12.00 horas y permaneció con su madre en la plaza Sierra Esparraguera junto con otras personas. El acusado, que era amigo de la familia, estaba paseando a su perrito, por lo que la menor comenzó a jugar con el animal. Al llegar la hora de regresar a casa, la niña le dijo a su madre que quería quedarse allí, por lo que, dada la confianza que había con el acusado --quien le había comprado golosinas a la niña en otras ocasiones y la dejaba jugar con el perrito--, este se ofreció a cuidarla hasta las 13.30 horas a lo que la progenitora accedió sin imaginar sus intenciones.

ABUSOS SEXUALES // A partir de ese momento, el acusado se dirigió caminando con la pequeña y el perrito hasta el camino Villamargo y se adentraron por una senda llegando a un lugar donde había un colchón. El procesado ató al perro en un árbol, acostó a la menor sobre el colchón y le realizó tocamientos. Tras esto, regresaron y le entregó la niña a la madre a la hora convenida.

Esa misma tarde la menor le contó a su madre lo sucedido durante la mañana. La progenitora pidió explicaciones al acusado, pero este lo negó todo. Al día siguiente, la madre junto con una amiga llevaron a la pequeña al lugar y esta narró con todo detalle lo ocurrido. Tras ser examinada por los forenses concluyeron que su relato era totalmente cierto.