"Apenas salí un mes con él. Al principio, era normal y cariñoso, me llevaba a casa de sus padres a comer, me presentó a su familia... Pero enseguida se mostró como es: celoso y controlador. Eso no me gustó y rompí con él". Y ahí empezó el infierno que pudo costarle la vida. Quien habla es Violeta (es un nombre ficticio para preservar su anonimato), expareja del presunto asesino de la joven Wafaa Sebbah. Lo hace por primera vez. Nunca ha querido contarlo. Ahora le ha costado, pero ha decidido dar el paso para ayudar a otras mujeres en situaciones similares. Para intentar evitar que haya más Wafaas.

Era finales de 2018 cuando conoció a David S. O., alias 'El Tuvi', en prisión desde el pasado 19 de junio por el asesinato de Wafaa Sebbah, presuntamente cometido el 17 de noviembre de 2019 en la casa de sus padres, en la partida El Pla de Carcaixent. La misma a la que había llevado durante aquellas escasas semanas a Violeta. Y antes y después, a varias jóvenes más.

"Cuando rompí con él, intentó varias veces que volviera con él, pero yo le dije que no". Como todo maltratador, siguió la pauta habitual: "Cuando se enteró de que estaba empezando con otra persona, empezó a acosarme, a llamarme y a escribirme para que volviese con él, que era la mujer de su vida a todas horas. Y a amenazarme. Incluso le llegó a decir a mi pareja que yo estaba embarazada de él, algo que era completamente mentira".

La nueva pareja de Violeta insistió en quedar con 'El Tuvi' para zanjar la cuestión de una vez por todas y pedirle que se abstuviera de seguir acosándoles, pero "él no quería. Al final, le dije que iría sola a la cita, y entonces accedió". Pero fue acompañada de su novio. A la casa de los padres en el Pla. El chico se quedó en el coche mientras ella bajó para llamar al timbre. "Salió la hermana y me dijo que no estaba, pero entonces, apareció diciéndome cosas bonitas hasta que se percató que mi pareja estaba dentro coche. Me dijo que esperara un minuto, que salía enseguida y nos iríamos a dar una vuelta".

Y salió, pero armado con una escopeta. "Quería disparar a mi pareja para que yo estuviera con él. Me puse muy nerviosa. Él, desde detrás de la valla me insistía en que o entraba con él, o mataba a mi novio". Su acompañante trató de saltar la valla para desarmarle y empezó a dar tiros al aire. Llamaba a la hermana para que avisase a la policía de que queríamos entrar a robar. Estaba como loco... La verdad es que conmigo no era así . Estaba fuera de sí..."

La tensión siguió subiendo. "Me puse delante de mi pareja y me dijo que me quería mucho, pero que si no le dejaba dispararle, me iba a tirotear a mí también y que eso no lo quería. Insistía en que quería deshacerse de él y así ser feliz conmigo".

En ese momento "salió su hermana llamándolo, para que se relajara y entrara. Se puso a llorar, diciendo que me amaba y que me iba arrepentir. Que íbamos a estar juntos con el tiempo, que ya se encargaría él... Como amenazándome". Finalmente, la hermana le arrebató la escopeta y Violeta y su novio se fueron. En la casa también estaban los padres y otro hermano, "pero no salió nadie para ver qué pasaba. Eso me sorprendió". Pese a todo, Violeta describe a los padres de El Tuvi "como dos buenas personas, muy trabajadores".

El acoso continuó. Llamadas y mensajes constantes, hasta tal punto, que la joven cambió de número de teléfono. "A los pocos días de eso, me lo encuentro cerca de mi casa [reside en un municipio distinto al de El Tuvi], iba en el coche, e intentó atropellarme". No denunció. Estaba aterrorizada. "Me pasé un buen tiempo sin salir de casa, y si salía, nunca lo hacía sola".

No solo cambió de número de móvil. También borró todas sus cuentas en las redes sociales. ¿Cuándo cesó el acoso? "Cuando encontró a otra víctima".

Control absoluto

Durante el mes que salieron junto, David S. O. mostró la cara habitual de un controlador, de un maltratador. "Cuando estaba con él, tenía que apagar mi teléfono. Solo podía estar encendido el suyo. Si acababa de salir de su casa, me llamaba hasta que llegara a la mía. Me hacía videollamadas cuando le decía que estaba en casa para comprobar si era verdad. Me decía la ropa que debía ponerme y la que no. Tenía que decirle constantemente con quién había estado o me cogía el móvil para mirarlo... Por todo eso decidí dejar la relación".

"Aún estoy en estado de shock y con miedo en el cuerpo. Mi marido me dijo: ‘Nena, esa podías haber sido tú’. Me eché a llorar...", ha relatado Violeta.

La Guardia Civil retoma hoy la inspección del pozo

Los especialistas de Homicidios de Valencia y de la UCO regresan este miércoles al pozo de Casa Vidalet, en Carcaixent, donde fue hallado el pasado jueves el cuerpo sin vida de Wafaa Sebbah para completar la inspección ocular del foso, en busca de las restantes prendas de la joven y de toda posible evidencia que pueda arrojar luz sobre el crimen y facilitar el trabajo de los forenses. Para ello, los buzos y los agentes de montaña del instituto armado lo drenarán y cribarán tanto el agua como la tierra.