La provincia de Castellón se ha visto sacudida esta semana por un trágico accidente en el que han perdido la vida tres personas. Morella sigue consternada por la pérdida de una madre y su hija de diez años, vecinas de la capital de Els Ports, mientras una niña de siete años ha recibido el alta este mismo viernes y su padre, de 43 años, está ingresado en planta del Hospital comarcal de Vinaròs con pronóstico estable. 

La furgoneta en la que viajaba esta familia rota por el siniestro colisionó de forma frontal con un vehículo en el que viajaban dos mujeres, Concha, de 69 años y su hermana Carmen, de 74. La primera perdió la vida en el acto, mientras que la segunda se está recuperando de las heridas mientras permanece ingresada en la UCI del Hospital General de Castellón con pronóstico reservado. 

Entregadas a la docencia

Concha y Carmen, al igual que su hermana anteriormente fallecida, Pilar, entregaron su vida a la docencia en distintos centros de Castelló. Licenciadas en Matemáticas en la Universidad de Zaragoza, pues sus orígenes se circunscriben a tierras aragonesas, ejercieron como profesoras en los institutos Ribalta y Penyagolosa de la capital de la Plana.

Concha fue profesora en este último instituto coincidiendo durante varios años con el ahora presidente de la Diputación, José Martí, como director. Martí, todavía compungido por la fatal noticia, ha querido dedicarle unas palabras de recuerdo: “He vivido el tema muy de cerca y es un tragedia. Concha, al igual que Pilar, que también ejerció en el Penyagolosa, y Carmen, que ejercía en el Ribalta, era una grandísima profesional”.

Prosigue José Martí de la siguiente forma a la hora de hablar de la profesora recientemente fallecida en Xert: “Era una persona entregada a su labor, viviendo muy intensamente su función como profesora. Podías confiar en ellas porque eran rectas, disciplinadas y muy humanas; siempre llevaban la idea de ayudar a los alumnos tanto en el campo de las matemáticas como en el de la condición humana”. Admite José Martí estar “muy dolido” al igual que todos los que tuvieron trato con Concha Bel por este trágico final: “Solo puedo hablar bien de ellas. Fue un honor ser su director”. 

Al margen de su labor docente, a la que se entregaron en cuerpo y alma durante todo su periplo laboral, las hermanas Bel también participaron en misiones en distintos países ayudando a los más necesitados: “Eran personas religiosas que vivían su fe muy directamente, pero siempre desde el respeto a otras opciones y predicando desde la profesionalidad y la entrega”.

Obituario de Concha Bel

María Teresa Calderón y Henri Bouché han dedicado también las siguientes líneas a la memoria de Concha Bel, en el que repasan la trayectoria de la célebre profesora del Instituto Penyagolosa de Castelló:

Víctima de un accidente de Tráfico ha fallecido Concha Bel Gil a los 69 años de edad, en las inmediaciones de Xert. Su hermana, Carmen, con importantes lesiones, va superando su estado crítico, excelentemente atendida en el Hospital General de Castellón.

Conchita fue compañera y amiga en las tareas docentes, primero, por los años 80, en el Instituto Ribalta, después en el Penyagolosa, durante más años.

Su familia, procedente de tierras aragonesas, acabó afincándose en Castelló, tras su paso por Forcall, donde el padre es aún recordado por su labor como veterinario.

Al igual que sus hermanas, Pilar y Carmen, se licenció en matemáticas en la Universidad de Zaragoza y, tras la correspondiente oposición, ejerció como profesora.

La trayectoria profesional de Concha Bel fue impecable, destacando, como han reconocido alumnos y compañeros, su marcado interés por la enseñanza y su indiscutible vocación y aptitudes para el desempeño de su función.

Se dedicó plena y satisfactoriamente a las tareas encomendadas con ejemplar modestia que, según sus compañeros de Departamento, fue una de sus más destacadas virtudes, junto a la disponibilidad para cualquier tarea que afectara al centro o al alumnado.

Su carácter afable y abierto le granjearon la estima y el aprecio de todos cuantos la trataron.

Descansa en paz, Conchita. Tu entrañable recuerdo permanecerá en nosotros como guía del buen hacer y como ejemplo de responsabilidad personal y social.