Detenidos ‘in fraganti’ en Castelló por robar con una cizalla patinetes aparcados en un centro comercial

Estar en el sitio indicado en el momento adecuado es muchas veces determinante. La presencia de un policía nacional fuera de servicio resultó ser el jueves por la tarde de lo más oportuna cuando dos ladrones se disponían a robar patinetes eléctricos en el exterior del centro comercial Salera.

Tal y como pudieron presenciar numerosos testigos que, sobre las 20.30 horas realizaban compras en las instalaciones o disfrutaban de una tarde ocio, el agente sospechó de la actitud de dos varones de origen magrebí, que se encontraban agachados junto al aparcamiento de bicicletas y patinetes y parecían estar manipulando algo y en actitud vigilante. El efectivo los sorprendió cuando utilizaban una cizalla de grandes dimensiones, que transportaban oculta en una bolsa de supermercado, para cortar los candados de los patinetes que había estacionados. El agente dio aviso a los miembros de seguridad del centro comercial, así como a una patrulla de la Policía Nacional, que se trasladó al lugar para intervenir las herramientas utilizadas por los dos varones, que acabaron esposados junto a la pared, como presenciaron varios clientes.

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Se da la circunstancia de que los dos detenidos por un delito de hurto podrían estar relacionados con varios casos más detectados en el mismo lugar en las últimas semanas y por los que se han presentado otras denuncias. La investigación continúa abierta para determinar el número exacto de robos con los que están relacionados.

La Policía Nacional también arrestó hace un año a un ladrón especializado en el robo de patinetes en las inmediaciones de centros comerciales y que llegaba a utilizar una furgoneta de reparto para cargarlos con rapidez. 

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En el caso de la Guardia Civil, hace solo dos meses que detuvo a una mujer de 33 años como presunta autora de un delito continuado de hurtoen centros educativos de Benicarló. La investigación se inició a raíz de las denuncias interpuestas por los progenitores de tres alumnos de un instituto a los que les habían sustraído sus patinetes mientras estaban en clase. La ladrona, que tenía antecedentes por hechos similares, se apoderaba de los vehículos cuando estaban aparcados para después revenderlos. Y es que el auge en la utilización de patinetes eléctricos para desplazamientos cortos en la provincia --y con él también el significativo aumento de los accidentes de tráfico y las multas por utilizarlo de forma negligente-- lo ha convertido en un objeto codiciado y relativamente fácil de revender en plataformas de segunda mano. 

Debido a la fiebre por estos artilugios, existe una amplia oferta con precios de 200 a 3.000 euros.

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