Pocas veces se ha visto un Congreso con tanta armonía. La disonancia la ha puesto Vox. Su diputada se remangaba antes de lanzar su discurso en contra de la regularización de inmigrantes. Hay casi medio millón de personas que reclaman ser ciudadanos legales. Iniciativa apoyada por más de 600.000 firmas y 900 instituciones como la Iglesia. Según la plataforma Regularización Ya, alguien sin papeles le cuesta al Estado 2.000 euros al año pero su regularización supone una aportación de 4.000 euros anuales. Ahora habrá que establecer y votar los requisitos para esa legalización. Mientras frente al Congreso reivindicaban el derecho a tener derechos.