Del terror en el kibutz a su secuestro a lomos de una motocicleta; de su traslado a través de los túneles de Gaza a casi tres semanas de cautiverio en poder de Hamás. La octogenaria activista por la paz Yocheved Lifshitz, liberada el lunes por la noche junto a Nurit Cooper (80 años) por la milicia islamista, que esgrimió “motivos humanitarios” para dejarlas en libertad, ha hablado este martes con la prensa desde un hospital de Tel Aviv para describir las interminables jornadas que vivió desde que fuera secuestrada el pasado 7 de octubre en el kibutz Nir Oz. “Fue un infierno, nunca esperamos que acabaríamos en esa situación”, dijo refiriéndose al masivo ataque inicial de los islamistas sobre el sur de Israel que puso en marcha esta guerra y en el que murieron 1.400 personas, la mayoría, civiles israelíes ejecutados a sangre fría. “Nos trataron bien, se ocuparon de todos los detalles”, añadió para referirse a su cautiverio.