La ronda suroeste de Vila-real, una infraestructura que la ciudad ha venido reclamando desde hace más de dos décadas ya está finalizada en su primera fase, por cuanto resta dar una solución definitiva a la conexión con la N-340.
Y, pese a estar acabada, una serie de documentación que deben revisar las administraciones local y autonómica está dilatando la recepción definitiva de los trabajos que, como apunta el concejal de Territorio, Emilio Obiol, confía en que no se prolongue más allá de una o dos semanas, con el objetivo de abrir al tráfico esta circunvalación por el oeste de la ciudad.
Y, por su condición de obra finalizada pero aún no inaugurada, los ladrones han hecho de las suyas y han sustraído elementos complementarios al vial, como son árboles o trampillas metálicas de las redes de cableado eléctrico y canalizaciones de agua.
Control de todo el trazado
Unos robos que han obligado a la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad a dotar de vigilancia privada los dos kilómetros del trazado viario recién concluido. Un control que se ejerce, básicamente, en las intersecciones de la circunvalación con caminos como Miralcamp, Betxí, Carretera o Les Voltes, espacios por los que se puede acceder en parte a la nueva infraestructura.
El propio alcalde de Vila-real, José Benlloch, asegura que la sustracción de arbolado y otros elementos «ya se había hecho insufrible» y por ello la Generalitat ha tenido que habilitar un servicio de vigilancia especial en la zona.
Nuevos actores
Respecto a la solución que el Ministerio de Obras Públicas y la Conselleria que encabeza Arcadi España tienen que dirimir para la conexión de la ronda suroeste con la N-340, la entrada de nuevos actores en el escenario se prevé que sea determinante para hallar un punto de encuentro que permita finalizar los 700 metros que, aproximadamente, restan hasta la carretera estatal.
Al respecto, el hecho de que el Grupo Pamesa liderado por Fernando Roig se haya convertido en propietario de la promotora y de buena parte del millón de metros cuadrados de la superficie del programa urbanístico Espai Vila-real, abre nuevas posibilidades.
Y es que, mientras la Generalitat mantenía su apuesta por acometer una gran rotonda para la intersección de la ronda con la N-340, desde el Ministerio se mantiene que tiene que ser el promotor del PAI Espai Vila-real el que acometa la obra de un paso a distinto nivel, como se estableció en el convenio que permitió poner solo la primera piedra del desarrollo de este área empresarial, ya que los escasos trabajos que se realizaron con posterioridad se paralizaron poco después de escenificarse, el 11 de mayo del 2011 --a menos de dos semanas de las elecciones municipales-- y con presencia del entonces president, el popular Francisco Camps, el inicio de unos trabajos que, finalmente, quedaron frenados hasta el día de hoy.
