La Cooperativa Católico Agraria de Vila-real ya ha iniciado la distribución, entre los agricultores asociados a la entidad y de forma gratuita, de sus primeros depredadores para combatir el cotonet de Sudáfrica (también son útiles contra otros tipos de insectos de la familia de los pseudococcidos), criados en el insectario que la entidad puso en marcha el año pasado.
Así lo ha confirmado a Mediterráneo el presidente de la cooperativa vinculada a Caixa Rural Vila-real, Juanjo Ortells, quien destaca que las cámaras para criar el Cryptolaemus montrouzieri, el enemigo más voraz contra el cotonet, «ya están a pleno funcionamiento».
Interés por el insectario de Vila-real
Ayer, responsables de diferentes empresas citrícolas del entorno visitaron las instalaciones situadas en el almacén de la Católico Agraria, junto a la avenida Castelló, para comprobar sus características y, de esta forma, analizar la puesta en marcha de este tipo de iniciativas en sus propias naves. En concreto, en la visita participaron las cooperativas San Isidro de Castelló, Sant Josep de Burriana (acaba de empezar con una instalación de similares características), Cocalni y Agroal de les Alqueries, San Alfonso de Betxí, Cítricos de Nules o Rural Moncofa.
Asimismo, estuvieron representadas la Federació de Cooperatives Agroalimentàries de la Comunitat, el Servei de Sanitat Vegetal d’Almassora, la Diputación de Castellón, a través del diputado de Desarrollo Rural, Santiago Pérez, Fecoav, con su técnica Myriam Mestre, y el Ayuntamiento de Vila-real, con el edil de Agricultura y Medio Ambiente, José Ramón Ventura Chalmeta, y el alcalde, José Benlloch.
Detalles del proyecto
En el encuentro, los técnicos explicaron los detalles de este proyecto vila-realense de lucha biológica contra el Delottococcus aberiae, al que el Ayuntamiento aporta 20.000 euros a través de un convenio. Además, y como destacó Ortells, la Cooperativa Católico Agraria «va de la mano de la Conselleria de Agricultura», a la vez que también se optará a las ayudas que convoca la Diputación para combatir la plaga que, llegada de Sudáfrica, afecta gravemente a los cultivos de mandarinas.
Los técnicos apuntan que, aunque las lluvias y las bajas temperaturas han retrasado la expansión del cotonet, ya se multiplica con el calor en las fincas de la comarca de la Plana Baixa.
