Parecía que era ayer cuando la moreneta bajaba a la ciudad, pero diez días después desde que la imagen de la Mare de Déu de Gràcia abandonase temporalmente su casa en el Termet, este domingo hizo el camino inverso, de regreso otra vez a la ermita. Al igual que el pasado viernes día 2, no lo hizo sola, sino que cientos de vila-realenses volvieron a acompañarla en procesión por las calles para rendirle honores en el último día de las fiestas.

Un retorn multitudinario hasta el ermitorio que llegó después de la tradicional ofrenda, en la que la reina, María Carmona, y sus damas homenajearon con flores a la patrona antes de que volviera a desfilar por la ciudad con la iglesia arciprestal como punto de partida de la comitiva, encabezada por el alcalde, José Benlloch.

Una vez la moreneta ya volvía a descansar de nuevo hasta el año que viene en su ermitorio, los vecinos despidieron su semana grande después de 10 días con la traca final de fiestas, que discurrió desde la basílica de Sant Pasqual hasta el Ayuntamiento. Acto seguido, el fuego de Dimonis de la Plana y la charanga Els Bufits protagonizaron un vistoso correfoc. El colofón, también pirotécnico, a las fiestas fue el castillo de fuegos de la reconocida pirotecnia Martí.

La corte de honor se emocionó con el último acto de las fiestas. Mediterráneo