PROGRAMACIÓN DE LAS FIESTAS FUUNDACIONALES

Cena con sabor medieval en Vila-real

Unos 120 comensales disfrutan del menú que, un año más, preparan los miembros de la Associació Gastronòmica de Vila-real, en colaboración con el equipo de Cal Dimoni

Sabores dulces y también picantes protagonizaron anoche una de las citas más consolidadas del calendario organizado para conmemorar las fiestas fundacionales de Vila-real cada año, la Sopar Medieval. Unas fiestas que esta vez también tienen un cariz especial, al cumplir la ciudad 750 años de existencia, después de que el 20 de febrero de 1274 el rey Jaume I concediera la Carta Pobla que dio fe del nacimiento de la villa.

Y qué mejor que rememorar aquellos tiempos con buenas viandas, al estilo de la Edad Media, con sabores fuertes, pero, a la vez, adaptados a los paladares actuales, mucho más refinados que los de siete siglos atrás.

Vila-real celebra su tradicional Sopar Medieval

Toni Losas

De nuevo, el colectivo de chefs vila-realenses que forman parte de la Associació Gastronòmica de Vila-real, con la colaboración del equipo del restaurante Cal Dimoni, fueron los encargados de elaborar un menú que, como de costumbre, no dejó indiferente a ninguno de los alrededor de 120 comensales que se dieron cita en la cena medieval, a la que tampoco faltaron las representantes festivas e integrantes de la Junta de Festes, así como concejales de la corporación municipal, encabezados por el alcalde, José Benlloch.

De Bolonia a Vila-real

Mortadela traída expresamente de Bolonia y queso parmesano, ambos productos ya presentes en la gastronomía de la Edad Media, sirvieron como entrantes del peculiar ágape.

Tras las primeras creaciones, los propios chefs y los camareros sirvieron un milhojas de salmón con jengibre, pimienta, cebolla y puerro. Plato al que siguieron una crema de setas de la muerte con castañas y caldo de pollo, y cerdo al horno con salsa de verduras y manzana. Y el postre, con una mezcla de sabores dulces y a la vez picantes, se basó en una tarta de requesón con manzana, jengibre y pimienta. La cena acabó, como es costumbre en cada convocatoria, con las llesquetes amb ou flambeadas, momento del ágape que nació de forma casual y que se ha convertido en un icono de esta cena año tras año.