El Villarreal CF repetirá unas semifinales de Champions League por segunda vez en su historia. El equipo que dirige Unai Emery se ganó el respeto de toda Europa el curso pasado cuando alzó su primer título en la segunda competición continental de clubs, la Europa League. Y esta temporada no ha hecho sino refrendar su imagen y volver a meterse entre los mejores. Tras eliminar al Bayern de Múnich en los cuartos de final, el Submarino ya es, por méritos propios, uno de los cuatro mejores equipos de Europa en esta temporada.
Y peleará por meterse en la anhelada final de París con una actuación brillante a sus espaldas, con tan solo dos derrotas en los diez partidos disputados en lo que va de competición y con una muy buena imagen. El camino hacia estas semifinales, que se disputarán en apenas dos semanas (la ida el 26-27 de abril y la vuelta el 4-5 de mayo), no ha sido nada fácil, pero el conjunto villarrealense ha engrandecido su leyenda como matagigantes y ha ido dejando en la cuneta a un rival detrás de otro. A cada cual con mayor trayectoria y potencial.
En la fase de grupos, el Submarino se impuso al Young Boys en los dos partidos (1-4 y 2-0), venció al Atalanta a domicilio (2-3) y empató en la primera jornada ante los italianos con el marcador de 2-2 en La Cerámica. Las dos únicas derrotas llegaron contra el Manchester United, que se vengó de la final de la Europa League con sendos triunfos en la ciudad inglesa y en Vila-real por 2-1 y 0-2, respectivamente.
Sin miedo a nadie
En octavos, todo un hito ante la Juventus. Pese a no llevar colgando el cartel de favorito, el plantel de Unai Emery dejó marcharse vivo de su estadio al cuadro transalpino en el partido de ida, cuando empataron a un tanto pese a las numerosas ocasiones de los groguets. Pero en la vuelta, y pese a los pronósticos, el Villarreal sorprendió a propios y extraños con una grandísima actuación, doblegando a la Vecchia Signora por un rotundo 0-3 y ofreciendo una imagen que dio la vuelta al mundo.
Desde el respeto, pero sin miedo a ningún rival, el Submarino se plantó en los cuartos de final, para los que el sorteo les deparó una dura eliminatoria ante el Bayern de Múnich, uno de los clubs más poderosos de Europa, con un sinfín de títulos y una plantilla liderada por el temido Lewandowski. La historia ya se sabe cómo acabó porque el Villarreal vivió uno de los partidos más completos que se le recuerde en La Cerámica, ganó 1-0 y redondeó la machada con la gran noche de ayer con un trabajado empate que le daba el pase a las semifinales.
