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VILLARREAL CF

La crónica | El Villarreal solo tira una vez a puerta en Anoeta y claudica ante la Real (1-0)

El conjunto donostiarra gana con el mínimo esfuerzo a un Submarino totalmente desconocido y romo

La alegría de los jugadores de la Real Sociedad contrasta con la de los futbolistas del Villarreal. Javier Etxezarreta

El peor Villarreal CF de la temporal. Un tiro a puerta en 94 minutos de partidos y con un porcentaje final de posesión del 36%, algo totalmente inusual en un equipo que suele someter a sus rivales a un rondo permanente. Y ya son cuatro jornadas sin ganar en LaLiga. Demasiados puntos perdidos para un equipo que quiere aspirar no solo a estar en Europa, sino a pelear por los puestos de arriba. 

Pobre imagen del Villarreal

En Anoeta fue más dura la imagen del Villarreal que la derrota, con muchos jugadores muy por debajo de su nivel de rendimiento individual. Un traspiés que escuece después de la buena image ofrecida en la Conference. Ante la Real Sociedad se perdió con toda justicia, porque a diferencia de los partidos ante el Betis, Sevilla o Cádiz, no se generaron ocasiones 

De un partido entre la Real Sociedad y el Villarreal siempre se espera un fútbol alegre, dinámico y abierto. Pero las expectativas no siempre se cumplen. El respeto que ambos se profesaron en la primera parte mató el espectáculo y convirtió el encuentro en algo más parecido a una partida de ajedrez disputada sin cronómetro para mover las piezas. 

Emery alineó su unidad pero con la novedad de la entrada de Danjuma en el equipo titular. Jakcson fue la pieza que enrocó el técnico de Hondarribia y el senegalés esperó su oportunidad en elbanquillo. El Villarreal no se pareció en nada al equipo vertical y que generaba una ocasión de gol cada cinco minutos contra el Austria Wien e nla Conference. Demasiado previsible en ataque, sin verticalidad ni profundidad en los laterales, y desprendiendo un aroma nítidamente defensivo. La Real tampoco arriesgaba, pero la tenencia del balón le otorgaba el control del juego ante un rival al que, seguramente, temió más de partida de l o que luego en el campo amenazaron los amarillos.

La Real tiene el balón

No es usual ver al equipo de Emery persiguiendo el balón en un rondo gigante mientras los donostiarras movían el balón de un lado a otro aunque también sin demasiada velocidad. El partido era impropio de dos equipos punteros de LaLiga y un tostonazo para el espectador.

En ataque Danjuma era un islote solitario, aunque el neerlandés está lejos de su mejor forma y Lo Celso, situado de mediapunta que Emery ha inventado para él, tampoco tenía su día. 

Y la Real, casi sin quererlo, se encontró un gol a l amedia hora de partido. La defensa amarilla salió mal al trazar la línea del fuera de juego y Merino vio la entrada desde atrás de Brais Méndez, seguido solo con la mirada por Yeremy y el exceltiña batió por bajo a un indefenso Rulli. Ni con el 1-0 reaccionó el Submarino. Los números de la primera parte eran de escándalo. La Real acabó con un 73% de posesión de balón y 10 tiros a puerta por 0 del Villarreal. Sobran las palabras, los datos las dejaban mudas.

Muy floja primera mitad

La peor primera parte de la teporada del equipo de Emery. El técnico reaccionó rápido y movió el banquillo al descanso. No le tembló el pulso para ordenar dos sustituciones en la caseta, dando entrada a Jackson, añorado su trabajo en la primera parte, y a Morales, por Danjuma y Yeremy. Lo Celso se reubicaba en el centro del campo, su posición natural. el dibujo pasaba a ser un 4-4-2 con dos delanteros natos.

Y seguía faltando fútbol. El Villarreal continuaba sin enlazar tres pases seguidos con sentido y sin pisar el área rival. Encefalograma plano absoluto. El equipo requería una inyección de frescura y talento: necesitaba a Baena. Emery tuvo que recurrir al talento del almeriense, porque el partido transcurría más cerca del 2-0 que del 1-1 cuadno Sorloth falló un mano con Rulli tras plantarse solo delante del meta amarillo, quien defendió bien su posición y evitó el tanto.

Los minutos pasaban y el Submarino seguía a oscuras y sin brújula, aunque con un poco más de mordiente arriba por l a movilidad y el trabajo de Jackson. En el munuto 80, el Villarreal había batido un récord negativo: ni un solo tiro a puerta.

El despertador le sonó a los de Emeery en los diez minutos finales. Solamente en ese lapso de tiempo, el Villarreal demostró ser un equipo competitivo. Pero ya era demasiado tarde. Ataques un tanto atropellados y buscando el empate con mucho más corazón que cabeza y criterio. 

Baena, el más peligroso

Baena intentó coger el mando de un equipo que nunca tuvo cerca el empate. La Real se limitó a defender con orden y a esperar una contra. Y Emery se jugó su última bala con la salida de Chukwueze para buscar el uno contra uno y el desequilibrio de nigeriano. 

Pedraza, ofuscado y tampoco acertado como el resto de sus compañeros de equipo, no encontró tampoco el agujero por el carril izquierdo. 

El primer tiro a puerta con intención y visos de peligro del Villarreal llegó en el minuto 92. Morales le dio un poco de trabajo a Remiro, quien tuvo uno de los partidos más plácidos de su carrera. 

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