VILLARREAL CF

El Villarreal regala una victoria a su afición en el reestreno del Estadio de la Cerámica

Los goles de Chukwueze y Foyth sirven para remontar el tanto inicial de Cavani

El gol de Foyth desató la locura en La Cerámica

El gol de Foyth desató la locura en La Cerámica / villarreal cf

Era un día mágico por el estreno del nuevo Estadio de la Cerámica en plena festividad de Nochevieja y el Villarreal CF se encargó de hacerlo un poco más especial para sus aficionados. El Submarino tiró de casta y orgullo en un encuentro que parecía estar abocado al empate y obró el milagro de Navidad ante el Valencia CF para cerrar el 2022 de la mejor manera posible.

El inicio del Submarino fue explosivo. Como cuando se descorcha una botella y el cava empieza a salir a borbotones y, poco a poco, comienza a perder fuerza. Llevado este símil tan habitual en estos días navideños al fútbol: dos ocasiones del Villarreal para haber sentenciado el partido en los primeros diez minutos de juego y, después, un equipo venido a menos y con muchos problemas para defender.

El caso es que las dos ocasiones que falló el cuadro groguet fueron clarísimas. De esas que las perdonas y no te lo crees. La primera, de Gerard Moreno a puerta vacía casi coincidiendo con el pitido inicial del partido. Y, la segunda, un mano a mano de Capoue con Mamarsdashvili que detuvo el portero valencianista.

Esa segunda ocasión tan seguida desperezó a los de Gattuso y el Valencia pasó a ser el claro dominador del choque, teniendo la posesión del esférico y disponiendo de otras dos claras ocasiones que pusieron a prueba a Pepe Reina. Una de Cavani y otra de Samuel Lino que obligaron a emplearse al máximo al meta del Submarino. Curiosamente, en apenas unos minutos, Reina pasó de ser héroe a villano puesto que un error suyo al parar el esférico con el pecho habilitó un balón perfecto para que Cavani tan solo tuviera que rematar y establecer el 0-1.

Jarro de agua fría

Fue un verdadero golpe para el Submarino, que había perdonado a su rival y ahora veía cómo el ‘Matador’ le ponía por delante sin prácticamente haber hecho nada sobre el terreno de juego. Pero lo cierto es que el Villarreal no estaba nada fino. Perdía constantemente el balón y, cuando lo hacía, no sabía cómo reaccionar. A eso se sumaba el hecho de que defensivamente la banda de Kiko Femenía era un coladero y Samuel Lino entraba constantemente como quería hasta el área ‘grogueta’.

Había mucho que mejorar pero a los de Setién se les veía faltos de capacidad de reacción y eso era clave. No pintaba demasiado bien el panorama, pero el Valencia tampoco es perfecto y fue en un despiste de su defensa, y cuando peor estaba el Villarreal, cuando llegó el tanto del empate. Un gol de esos que se llaman psicológicos y que llegan justo antes del descanso. En esta ocasión surgió de las botas de Pau, que aprovechó su picardía para hacerse con el balón, combinar la jugada con Gerard Moreno y, desde la distancia, ver cómo el delantero catalán cedía el esférico a Chukwueze para que este sorprendiera a Mamardashvili.

El gol fue lo mejor que le podía haber pasado al Villarreal antes de marcharse al vestuario en busca de un plan B para el segundo tiempo porque, visto lo visto, urgía.

El plan B

De inicio, Setién no tocó nada y el plan siguió siendo el mismo aunque el Villarreal estaba más ajustado en defensa y buscaba su oportunidad saliendo a la contra. No dio fruto en los primeros compases del segundo tiempo y Setién optó por cambiar sus bandas, dando entrada al ‘Comandante’ Morales y a Nico Jackson en sustitución del goleador Chukwueze y de un activo Yeremy Pino. Las fuerzas estaban bastante más equilibradas y el juego se fue interrumpiendo constantemente por las rampas de los jugadores del Valencia y el carrusel de cambios desde uno y otro banquillo.

En ese tiempo, una mano magistral de Mamardashvili a tiro de Gerard, un lanzamiento desde muy lejos de Albiol y una parada de Reina a chut de Kluivert que apenas inquietó al portero del Submarino fueron las acciones más destacadas.

Parecía que el choque estaba visto para sentencia y no habría movimiento alguno en el marcador, pero la afición del Submarino confianza y faltando cinco minutos empezó a cantar como nunca para animar los suyos. Y en ese ambiente mágico que se generó, y con el remozado Estadio de la Cerámica, Foyth culminó su brillante mes de diciembre, en el que se proclamó campeón del Mundo con Argentina, para cabecear el balón al interior de la portería del Valencia y darle un triunfo revitalizante al Villarreal en el último partido del 2022.

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