El reportaje | El hilo que une al Villarreal con el Almería

Separados geográficamente por 400 kilómetros en línea recta y más de 500 por carretera, pero unidos futbolísticamente en la última década. El Villarreal visitará este sábado (4 de marzo) a un Almería plagado de exjugadores amarillos. No solo eso, sino que en los últimos tiempos el equipo rojiblanco ha sido un cliente asiduo de los groguets, en forma, sobre todo, de habituales cesiones.

El Almería ha despegado el vuelo de la mano de Leo Baptistao. El delantero o extremo izquierdo brasileño, llamativa promesa que pasó por La Cerámica, es ya indiscutible para la afición del Power Horse Stadium, el Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde tanto Diego Mariño como Diego Fuoli, aunque separados por la edad (siete años entre ambos), comparten un destacado paso por Miralcamp aunque sin asentarse en la portería del primer equipo.

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Para caso extraño, el de Gonzalo Melero, por quien el Villarreal pagó para contar con una opción preferencial (llegó a hacerse la foto con Fernando Roig Negueroles), aunque, finalmente, el Submarino no acabó ejerciéndola, por lo que no nunca llegó a vestir de amarillo. El mediocentro ya marcó en el partido de la primera vuelta, en el Ciutat de València, el último de la era Unai Emery: 2-1, con gol en el descuento a cargo de Nicolas Jackson.

Préstamos frecuentes

El Almería se ha acostumbrado a llamar a la puerta del Submarino para, principalmente, obtener jugadores en régimen de cesión. De los que todavía son groguets, ahí está el central Jorge Cuenca. Al igual que lo fue el mediocentro Manu Morlanes, que salió rumbo al Mallorca, también a préstamo, en el mercado de invierno último, cuando parecía que podía regresar.

Dos jugadores que recorrieron el mismo camino del defensa Juan Ibiza, el extremo Javier Espinosa o el punta Simón Moreno, fruto de una prolífica relación entre Vila-real y Almería.  

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