Informe | El Villarreal tiene una semana para recomponerse

El efecto Pacheta, hasta el momento, no se está traduciendo en resultados. La salida de Quique Setién, con vicios adquiridos y un ambiente enrarecido en el vestuario, era una necesidad, y el club obró al respecto buscando un entrenador que diera un giro radical a la situación del Submarino. Por ahora, esa reacción está tardando más de lo esperado en llegar. Ello no impide que tanto en el seno del Villarreal CF como en el vestuario se tenga total confianza en el entrenador burgalés, un técnico que él mismo reconoce que ni el juego ni las sensaciones, al igual que los resultados, no son los esperados.

Conscientes de la delicada situación, en club amarillo no se quiere encender la luz de alarma. En momentos complicados, la tranquilidad en los despachos y la paz social deben reinar en la entidad, una máxima que tanto el presidente Fernando Roig, como el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, han tenido muy clara desde el principio y no están dudando en reconocerlo tanto públicamente como en privado.

Pacheta, tras el Villarreal-Alavés: "Estoy preocupado, las sensaciones no son buenas"

Confianza en el trabajo

En el Submarino ya se tuvo una experiencia negativa en el ejercicio 2011/12 con el descenso a Segunda División, algo que ni por asomo se quiere recordar en la renombrada Ciudad Deportiva José Manuel Llaneza. Precisamente, el eterno y recordado exvicepresidente, Llaneza, era totalmente contrario a la destitución de entrenadores, política que sigue aplicándose en Miralcamp, siendo la confianza en el trabajo de Pacheta la premisa que impera en el seno amarillo en estos momentos.

Terapia a la plantilla

Tanto Pacheta como su cuerpo técnico están detectando los problemas que adolece su plantilla, y uno de ellos es la falta de confianza. De hecho, ante el aplazamiento del partido de la 3ª jornada de la UEFA Europa League de este próximo jueves ante el Maccabi Haifa, que finalmente se disputará en La Cerámica el 6 de diciembre, el técnico amarillo dispondrá por primera vez desde que llegó al cargo de una semana entera para realizar entrenamientos teniendo a todos los componentes de la plantilla, independientemente de los lesionados. Con anterioridad, o ha tenido partidos entre semana o no ha podido contar con jugadores internacionales debido a las ventanas FIFA en los parones ligueros.

Ahora es el turno de la pizarra y de plasmar todo aquello que se pretende sobre el verde, con la mirada puesta en conseguir la primera victoria de la era Pacheta a domicilio este próximo lunes, 30 de octubre, cuando los amarillos se midan al Granada en el Estadio los Cármenes (21.00 horas).

Mejorar el estado anímico

El míster quiere, cómo él mismo ha reconocido, trabajar aspectos de autoconfianza en el juego «para que el equipo se sienta más seguro con y sin balón». «Estamos queriendo jugar solo con el corazón y estamos demasiado atenazados. No estamos tranquilos a la hora de tener el balón, estamos muy nerviosos, no vemos las opciones de pase, estamos en un momento en el que no estamos limpios, no estamos claros», opinó, siendo estos los principales aspectos a corregir, así como los desajustes defensivos y tener un mayor caudal ofensivo en ataque.

Pacheta tiene muy claro que está ante una semana clave, una semana para recomponerse.

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