VILLARREAL CF

Análisis | El Villarreal necesita un reset

La temporada del Submarino no está siendo acorde a lo esperado ni por el potencial, ni por el nivel ni por el presupuesto tiene el equipo

Marcelino, en un entrenamiento del Villarreal.

Marcelino, en un entrenamiento del Villarreal. / Gabriel Utiel / Gabriel Utiel

Ismael Mateu

Ismael Mateu

Hay temporadas que comienzan giradas. Y esta es una de ellas. Al Villarreal CF no le está saliendo nada de cara en el presente ejercicio 2023/24 y la situación comienza a ser preocupante. El equipo que dirige Marcelino García Toral, el tercer entrenador en la presente campaña, no funciona: le falta juego, le falta cohesión, le falta físico e, incluso, amor propio.

Ni ante un rival de Primera Federación como el Unionistas de Salamanca, que había vertido acusaciones infundadas sobre que los amarillos no querían jugar la prórroga el pasado domingo y preferían el aplazamiento, los futbolistas tiraron de orgullo, siendo netamente superados a todos los niveles en el Reina Sofía y teniendo como consecuencia la eliminación de la Copa del Rey.

Tras finalizar la primera vuelta del campeonato liguero y con el ko en la competición copera, teniendo en cuenta que hasta primeros de marzo no regresa la Europa League, llega el momento para el análisis y la reflexión en un Villarreal que necesita un reset a todos los niveles para encontrarse de nuevo a sí mismo y no terminar sufriendo por mantener la categoría, el principal objetivo del curso.

La confianza del club

Estamos a principios del mes de enero y el Submarino ha tenido ya tres técnicos. Comenzó la campaña Quique Setién, cuya pretemporada dejó mucho que mejorar en lo físico y ahora se están pagando las consecuencias. Se fichó Pacheta en busca de reactivar a un vestuario que no mejoró con el preparador burgalés, como tampoco lo está haciendo con Marcelino, cuya llegada no está siendo, de momento, el revulsivo esperado en cuanto a juego, intensidad y resultados, aunque cierto es que la plaga de lesiones están lastrando el inicio del regreso del asturiano al club groguet. 

Marcelino, el día de su presentación como entrenador del Villarreal.

Marcelino, el día de su presentación como entrenador del Villarreal. / Gabriel Utiel / Gabriel Utiel

Un empujón físico

Precisamente la entidad ha apostado por Marce para que sea quien realice la transición y la reestructuración de una plantilla cuya mayoría de futbolistas ya han cumplido un ciclo en el Submarino. Muchos de ellos terminan contrato y todo apunta a que no renovarán, por lo que se busca de rejuvenecer al equipo, en el caso de los veteranos, o buscar otros perfiles que mejoren a aquellos no tan experimentados que apenas cuentan. Reina, Albiol, Alberto Moreno, Coquelin, Capoue, Dani Parejo y Morales acaban y, a excepción de Parejo --que renovará--, y del capitán de Vilamarxant, cuyo futuro es una incógnita, el resto parece que no seguirá.

Lo cierto es que en esta campaña muy pocos son los jugadores que están dando el nivel esperado de ellos a comienzos de la presente temporada y a tenor de su rendimiento en cursos anteriores. Por lo general, a la práctica totalidad de la plantilla se le ve baja de potencial físico en relación al resto de rivales y con una preocupante falta de intensidad que provoca que todos los oponentes jueguen a una o dos marchas más que el Villarreal, siendo superado en la mayoría de los partidos en ímpetu, brío e incluso motivación. Y también en resultados.

Una mejora táctica

A todo ello hay que añadirle las pobres sensaciones que está dejando al equipo desde que arrancó la temporada. Los amarillos siguen sin encontrar la cohesión y el patrón de juego deseado, desubicados y superados por los conjuntos rivales en la mayoría de encuentros, incluyendo los que han terminado en victorias. Marcelino va a tener ahora dos meses con semanas limpias, es decir, sin partidos entre semana, para poder trabajar completamente con los futbolistas y empezar a plasmar lo que el asturiano pretende tácticamente sobre el terreno de juego.

Álex Baena, en el partido de Copa del Villarreal contra Unionistas de Salamanca.

Álex Baena, en el partido de Copa del Villarreal contra Unionistas de Salamanca. / Agencias

La solidez defensiva

En el cuerpo técnico amarillo se es consciente de los males del equipo. Y, el que más preocupa, es la debilidad defensiva, un problema que no se achaca solo a la defensa sino al colectivo. Los números de goles encajados por los groguets son de equipo de zona de descenso, y el propio Marcelino ya ha advertido que siguiendo en esta dinámica no habrá reacción posible. Ahora los futbolistas deben comenzar a tomar conciencia de ello y aplicar una mayor intensidad y ajustar un sistema defensivo demasiado vulnerable.

Recuperar jugadores

Otro inconveniente están siendo las constantes lesiones en el presente ejercicio que están sufriendo los integrantes del primer equipo. Muy pocos son los jugadores que no han tenido uno u otro percance esta temporada, estando de baja durante varios períodos jugadores como Alexander Sorloth, Gerard Moreno, Alfonso Pedraza, Santi Comesaña, Alberto Moreno o Coquelin, y con lesiones de duración más prolongada como son los casos de Denis Suárez y Juan Foyth, además de la de larga duración de Yeremy Pino.

El aspecto psicológico

Igual de frágil está la mentalidad de unos jugadores que no esperaban verse en esta tesitura tras la primera vuelta del campeonato. Los amarillos se vienen abajo en muchas fases de los partidos, especialmente cuando se encaja un gol. De hecho, en encuentros con ventajas de 3-0 se ha llegado a rozar el empate, ganando por los pelos por 3-2, como sucedió ante Panathinaikos y Celta de Vigo. 

Los bajones mentales en la plantilla son graves y desde el cuerpo técnico se está trabajando por mejorar en el aspecto psicológico. Además, apenas hay jugadores con valentía y atrevimiento para marcar diferencias, debido a la falta de frescura física y mental.

Los refuerzos

El Villarreal debe hacer examen de conciencia de puertas hacia dentro y, junto a la llegada de refuerzos como Bailly, el inminente de Guedes y la más que posible llegada de otro central y de un jugador de banda derecha, trabajar todos en la misma dirección para sacar la nave a flote. El profesionalismo y el amor propio de los futbolistas se antoja determinante, ya que es una plantilla repleta de jugadores de primer nivel.

Tras el KO de la Copa del Rey ante Unionistas de Salamanca hay que hacer borrón y cuenta nueva en el seno amarillo en busca de enderezar el rumbo y comenzar una escalada en cuanto a juego y resultados más necesaria que nunca.

Nadie quiere más sufrimiento del que ha habido hasta la fecha y todo pasa por empezar desde cero y comenzar a recuperar a una plantilla que necesita más mimos que nunca. Tiempo por delante hay para que el Submarino dé un paso al frente y recupere sus señas de identidad, pero cada estamento deberá poner de su parte para lograr el objetivo final.  

Suscríbete para seguir leyendo