ENTREVISTA

Fran Villalba, CEO de la tecnológica Internxt: "La Comunitat está captando la innovación que pierde Cataluña"

La firma con sede en Castellón, valorada en 40 millones, ha recibido una inyección de 1,4 millones para desarrollar algoritmos de encriptación postcuántica 

Fran Villalba puso en marcha el proyecto de Internxt en el 2020 y ya prevé facturar 4 millones de euros

Fran Villalba puso en marcha el proyecto de Internxt en el 2020 y ya prevé facturar 4 millones de euros / MEDITERRÁNEO

Iván Checa

Iván Checa

Fran Villalba Segarra tiene raíces en la Vall d’Uixó. Es fundador y CEO de Internxt, empresa tecnológica con sede social en Castellón que cuenta con inversores como Juan Roig o Telefónica. Hace solo unos días, el Gobierno le concedió 1,4 millones de euros para desarrollar algoritmos de encriptación postcuántica y más servicios.

¿Cómo define Internxt y qué lo hace diferente?

En Internxt estamos intentando crear un mundo digital que respete al usuario. Cuando usas internet te vas a servicios de Google, Facebook o Microsoft, empresas americanas  que realmente son gigantes de los datos y la publicidad. Sus productos no son un fin por sí mismo, sino que son un medio para un fin. Y el fin real de las empresas es recabar datos personales y venderlos a terceros con Google Ads, Facebook Ads o con productos gratis. En Internxt estamos intentando crear servicios alternativos. Tenemos Internxt Drive, por ejemplo, que es como Google Drive, pero está todo encriptado del lado del cliente. No guardamos la clave de desencriptación, como sí hace Google. Así te garantizamos que la tercera parte no podrá acceder a tu información. Intentamos que sea lo más parecido posible a lo que existe en el mercado en experiencia de usuario, aunque por detrás la encriptación y los procesos son distintos para que sea infinitamente más privado y seguro.

Internxt tiene su domicilio social en Castellón. ¿Qué percepción tiene del ecosistema innovador de la provincia? 

La Comunitat Valenciana está haciendo las cosas muy bien. Está recogiendo todo lo que se está haciendo mal de Cataluña, se está viniendo aquí toda esa innovación, ese emprendimiento y esa inversión. Como muestra de ese apoyo, nosotros en Castellón estuvimos en el programa Órbita, que es del CEEI. Fue cuando empezamos prácticamente, lo hicimos a la par junto al de Lanzadera, que está en València. Y bueno, concretamente en Castellón fue muy interesante, porque cuando empiezas un negocio no tienes ni idea y te interesa tener como mentores a gente que haya hecho cosas, como hace Órbita.

Internxt arrancó en el 2020 y ahora está valorada en 40 millones de euros. ¿Cuál ha sido el camino? 

Empecé solo en Internxt. Estudié International Business en Rotterdam School of Management y trabajé cinco años en una empresa tecnológica. Antes de empezar Internxt, tenía un poco el know-how o conocimiento tanto de negocio por la carrera, como de técnico por la experiencia de haber trabajado en una empresa de tecnología y de cloud. Además, de pequeñito ya había aprendido a programar por mi cuenta. Y con eso me fui a California cuando me gradué para empezar Internxt. Lo que pasa es que a fui a Silicon Valley, que era un poco la meca del emprendimiento. Sin embargo, no tiene sentido empezar allí, pues estuve unos meses y al final lo poquito que tenía ahorrado me lo gasté. Cuando empiezas quieres que sea un proceso muy eficiente a nivel de costes, porque no vas a facturar, vas a equivocarte mucho y estás pendiente del producto. Entonces, decidí volverme a España donde tiene muchísimo más sentido empezar y es más eficiente. Aquí en Castellón o en Valencia contratas a un desarrollador por la mitad de la mitad que en Estados Unidos, vivir también es mucho más barato… Y es donde arranqué. Me cogí un préstamo personal de 50.000 euros y empecé a contratar también a un desarrollador. En 2021 sacamos el primer producto, que es Drive y empezamos a facturar. Entonces facturábamos en torno a unos 450.000 euros; en 2022 superamos los 2 millones; en 2023, los 3 millones.. Y este 2024, si todo va bien, pasaremos de 4 millones. 

Cuentan con inversores de la talla de Telefónica o Juan Roig. ¿Cómo es tener este respaldo?  

Pues es un respaldo que, sobre todo al principio, te da mucha credibilidad, pero también es mucha responsabilidad, en el sentido de que han invertido muchísimo dinero y para poder hacer que el día de mañana tengan un retorno y que la empresa valga más dinero.

 ¿Cuáles son los planes de futuro para Internxt?

Seguir creciendo a nivel de facturación y a nivel de equipo, pues seremos 40 personas ya este año. Asimismo vamos a lanzar más productos, como Internxt Meet, que es como un Google Meet también encriptado o un Internxt Mail, que es como Gmail también encriptado. O una VPN para tener lo que es la suite y poder competir con Google y demás. Y luego también desarrollamos algoritmos de encriptación cuántica. Se habla mucho de ordenadores cuánticos que son superpotentes y pueden desencriptar todo. Por ello desarrollamos algoritmos que sean seguros para poder seguir a la vanguardia de privacidad y seguridad después de esa era cuántica que puede llegar dentro de tres o cuatro años.

Con 27 años estás al frente de una empresa del tamaño de Internxt. ¿Te has sentido desacreditado por tu juventud? 

Cuando eres joven te cuesta más, pero tiene sentido porque tampoco tienes ni idea. Al final aprendes haciendo las cosas y eso, quieras o no, a un inversor que va a meter su dinero le puede chirriar un poco. Es lógico. Pero bueno, pese a ser tan joven y haberme equivocado, hemos conseguido crecer mucho.

Recientemente ha publicado el libro ‘ADN Emprendedor’. ¿Qué mensaje quiere transmitir?

Básicamente recoge esos aprendizajes que yo no sabía y que ahora ya sé y que me hubiese gustado saber cuando empecé porque me hubiese equivocado mucho menos. Es un libro muy práctico de un emprendedor para los emprendedores. Yo creo que si me lo hubiese leído antes de empezar hubiese hecho cosas muy distintas. Cuando empiezas no tienes ni idea, te crees que sabes mucho, pero no. Como más se aprende es haciendo.

No se puede pasar por alto que la lista Forbes le incluyó como uno de los emprendedores jóvenes más influyentes. ¿Cómo se lleva este reconocimiento? 

No tiene más valor que el reconocimiento en sí mismo. No te cambia la vida, ni te pagan por salir ahí. Sí que estoy en muchas cosas de estas, pero no me genera mucha presión más allá de que el negocio vaya bien y que, al final, sabes que hay gente que ha apostado por él que, de la misma forma que yo, necesita que crezca.  

Suscríbete para seguir leyendo