Castellón ha tardado en lavarse la cara tras la muerte del dictador Francisco Franco. No fue hasta el 2007, tras la aprobación de la ley de la Memoria Histórica, cuando los ayuntamientos comenzaron a retirar decenas de símbolos franquistas que todavía presidían fachadas, calles y plazas. Pero nueve años después de la entrada en vigor de una normativa que obligaba a los ayuntamientos a eliminar todos los símbolos preconstitucionales, en la provincia todavía quedan huellas del franquismo. Y eso que el Generalísimo murió hace 40 años.

Es cierto que hace años que las estatuas de Franco han desaparecido de los lugares públicos, que ya no queda en Castellón ninguna plaza del Caudillo o ninguna avenida del Generalísimo. Pero cuatro décadas después del fin del régimen, en al menos 25 municipios de la provincia subsisten recuerdos de Franco o de otros generales golpistas. Y, ¿cuántos símbolos quedan? La Conselleria de Justicia, que prepara una ley de Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunitat Valenciana, está elaborando un catálogo de todos los vestigios que todavía perduran en la Comunitat. Hasta la fecha tiene recopilados 500, de los que 58 están en Castellón. “Se trata de una lista que no está cerrada. Al contrario. Cada vez se van incluyendo más símbolos a medida que nos va llegando la información”, apunta José García Añón, director general de Reformas Democráticas.

El pasado otoño, la Conselleria creó una comisión de técnicos y mandó cartas a todos los ayuntamientos valencianos, a las diputaciones, al resto de consellerias y a las asociaciones de Memoria Histórica pidiéndoles un inventarios de los vestigios franquistas. Es cierto que no todos los ayuntamientos han respondido, pero entre los que sí lo han hecho y la documentación aportada por los grupos de Recerca, Justicia va recopilando toda la información.

En Castellón, el grueso de los datos los ha aportado el Gup per la Recerca de la Memòria Històrica. De acuerdo con su investigación, en la provincia todavía perduran al menos 58 símbolos preconstitucionales. Al menos 14 de ellos se encuentran en la capital. Uno de los más importantes está en la fachada de la Iglesia de la Trinidad, en pleno centro de la ciudad, donde hoy todavía puede leerse el nombre de José Antonio Primo de Rivera. Lo mismo ocurre en la iglesia de San Agustín. La concatedral de Santa María también conserva simbología franquista en su piedra inaugural, en el lateral derecho.

VIVIENDAS en el grao // En Castellón quedan también marcas del antiguo Instituto Nacional de la Vivienda. Hay una con la inscripción Grupo 14 de junio - Delegación Nacional de Sindicatos detrás de la avenida del Mar. El Parque del Oeste aún conserva tres placas franquistas y en el Grao hay un grupo de viviendas llamado José Antonio. Entre las calles con nombres franquistas destaca la calle Santos Vivanco (militar que participó en la guerra civil y en la División Azul) y la plaza Fernando Herrero Tejedor (secretario general del Movimiento).

No solo la capital conserva vestigios del franquismo. En Almassora, y siempre según el documento que obra en poder del Consell, hay sendas placas franquistas en la iglesia de la Natividad y en el cementerio municipal. En l’Alcora perdura un monumento a los caídos en el cementerio municipal y en el puente de la Font Nova aún existe simbología franquista. En Vila-real hay una placa-homenaje en la iglesia arciprestal

Segorbe aún conserva dos viales con nombres de dirigentes preconstitucionales. Se trata de la calle Santiago Martín Báguena (fue un alto cargo policial que participó en la persecución contra el movimiento obrero) y la calle Valentín Galarza (militar y ministro de la gobernación entre 1941 y 1942, y que intervino en 1936 en la preparación del golpe de Estado). El grupo municipal EU lleva años reclamando un cambio de nombres, pero de momento sus peticiones no calan.

Lo que sí ha sido retirado es el monolito en memoria de los caídos de la División Navarra que hasta hace un par de meses se erigía en uno de los accesos a Benicarló. En su lugar, se ha construido una escultura con dos alcachofas, el símbolo de la ciudad.

Altura, Almenara, Figueroles, El Toro, Morella, Llucena o Sant Mateu son otros de los municipios que todavía conservan en sus iglesias, calles y plazas símbolos del franquismo.

Pero, ¿qué hará el Consell una vez la lista esté cerrada? La última palabra la tienen los expertos. La pasada semana se reunía por primera vez en la Conselleria de Justicia el comité técnico de expertos que valorará si ciertos vestigios deben ser incluidos en el listado de los que deben ser retirados, o si se dan supuestos o circunstancias que aconsejen mantenerlos en su estado actual. “El objetivo es aconsejar a los ayuntamientos sobre su retirada o su mantenimiento”, argumenta José García Añón.

El catálogo de los vestigios es un paso más dentro de una iniciativa mucho más ambiciosa: la elaboración de una ley valenciana de Memoria Democrática. ¿Para qué? Para dar soporte legal a iniciativas y órganos dedicados a la recuperación de la memoria histórica. La normativa, de la que ya existe un borrador, prevé también encomendará al Consell las actuaciones para recuperar e identificar los restos de víctimas desaparecidas y la inclusión de la memoria democrática en el currículo de Secundaria. H

Una comisión de sabios aconsejará qué simbolos se deben o no retirar

El catálogo de Justicia no está cerrado y se van a incorporar más símbolos

Templos de Castellón, Almassora y Vila-real

aún conservan placas

Al menos 14 de los 66 símbolos franquistas se encuentran en la capital