La expedición del Villarreal se llevó, en la madrugada del viernes, un buen susto cuando el comandante del avión Air Nostrum en el que regresaba al aeropuerto de Castellón desde Madrid-Barajas, tras eliminar al Getafe y pasar a semifinales de la Copa del Rey, tuvo que abortar el aterrizaje en Vilanova debido al fuerte viento, con rachas superiores a los 100 kilómetros por hora, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Cerca de la 1.30 horas, cuando el morro del avión enfilaba la pista, el piloto decidió abortar el aterrizaje debido a que la velocidad del viento lateral doblaba el máximo permitido para la seguridad del pasaje de la aeronave, que guardaron un silencio sepulcral ya que las acentuadas turbulencias y bandazos de la aeronave metieron el miedo y la angustia en el cuerpo a los integrantes. Para la inmensa mayoría de ellos, pese a la amplia experiencia en vuelos de futbolistas, técnicos, periodistas, fue “el más agitado” de sus vidas.

Pasados unos escasos minutos de abortar el aterrizaje en las instalaciones de Vilanova, el comandante informó sobre los motivos que le habían llevado a tomar esta decisión de última hora, al tiempo que comunicaba que ponía rumbo al aeropuerto de Manises, para el alivio de las personas que viajaban a bordo.

Se trataba del segundo vuelo operado por el aeropuerto de Castellón, después de que el propio Villarreal lo hubiese inaugurado el pasado día 14, para desplazarse hasta San Sebastián.

Precisamente, Aemet ha iniciado la prestación de sus servicios meteorológicos para las operaciones aéreas de dicho recinto, con el fin de proveer la información climática requerida para la seguridad, regularidad y eficiencia de las mismas. H