El tejido empresarial de Benicàssim teme que la restricción horaria de las tascas de Castellón, obligadas a cerrar a las 23.00 horas, termine implantándose allí. Los empresarios aseguran que de ser así supondría “la muerte otra vez de Benicàssim”, puesto que muchos de los bares “se verían en la obligación de cerrar, ya que dejar de trabajar a esa hora rompe el servicio, pues la mayoría de personas sale a partir de las 21.00 horas y no merecería la pena mantener abierto”. Ello acarrearía la “pérdida de muchos puestos de trabajo”, explicó el presidente de la Asociación de empresarios de hostelería de Benicàssim (Ehosbe), Luis Bas, quien recalcó que hay negocios del municipio que tienen hasta 70 empleados”.

Desde que se declararan algunos enclaves como zona acústicamente saturada, ZAS, la localidad ha resurgido en su ocio nocturno, pero con una apuesta más fuerte por la hostelería y calles como La Pau, Estatut o Josep Barberà i Creprià se han convertido en Las Tascas de Benicàssim, que cierran sus puertas a las 01.30 horas.

Los hosteleros aprobaron en asamblea propuestas para reducir el ruido en el casco urbano, en concreto, en zonas especialmente delicadas. Desde Ehosbe impulsan la regulación y restricción del tráfico en calles peatonales, a través de las pilonas; más control del ruido en viales y lugares al aire libre y concienciar para no molestar desde redes sociales. H