Un mes pidió Ramón María Calderé para ajustar las piezas del Castellón y, superado el ecuador de ese plazo que solicitó, el tarraconense continúa dando forma al equipo, moldeándolo a fuego lento. Demasiado, tal vez. El equipo progresa, pero a menor ritmo de lo que exige una competición (igualadísima, por otro lado) y, superado el primer tercio de la temporada regular, el conjunto albinegro sigue lejos de los play-off, tanto en puesto (11º) como en puntos (a cinco).

Ni el hecho de contar con la plantilla más amplia en cuanto a efectivos ha vacunado al Castellón contra los rigores de la liga, pues la llegada de Calderé ha coincidido con un elevado número de bajas. Viajó a Crevillent sin cinco efectivos y, de confirmarse las previsiones, al menos esa cantidad de jugadores se perderán el encuentro del domingo, justo cuando Calderé se ve forzado a introducir más retoques, en su afán de adaptar su libro de estilo al tipo de jugadores que tiene.

PURA ALQUIMIA // Aun teniendo en cuenta que el catalán solo tuvo tres entrenamientos antes de dirigir al equipo en Sant Vicent del Raspeig, lo cierto es que la fisonomía, las alineaciones y hasta el cariz de las alineaciones han variado mucho en los apenas tres encuentros que lleva al frente. A excepción de la portería (Álvaro Campos es inamovible) y un selecto grupo de escogidos (Josema Gómez, Diego Carrillo y Rubén Suárez), lo cierto es que el baile de nombres ha sido constante, unos obligados por sanción o lesión; los otros, por esa búsqueda de la piedra filosofal del once tipo.

Eso por no hablar del punto de partida, del sistema. De un 4-4-2 más clásico, al rombo del pasado domingo, en el que el aspecto del Castellón fue, incluso, más ofensivo que con Joan Esteva en el banquillo. De la pareja Miki-Gaby frente al Jove Español, al dúo Meseguer-Canadell en el campo Enrique Miralles, como fiel reflejo de esa transformación en cuestión de un par de jornadas.

Algunas cosas ya tiene claras, pero, en otras, Calderé, incluso, rectifica públicamente sobre la marcha, como la posición de Canadell. Mientras, espera un 9 que se eterniza y puede que lo que venga, sea alguien para la banda izquierda (¿Jesús López?)... H