Este es un artículo, que invita a la reflexión, yo misma llevo reflexionando varias semanas acerca del tema. ¿Es únicamente la actitud la esencia del deporte?.

La definición de actitud es la predisposición a comportarse de una forma determinada a lo largo del tiempo. Por plasmarlo de forma sencilla diríamos que toda actitud tiene 3 vertientes -yo quiero, yo puedo, yo voy-. Pero no es una formula mágica, pues a veces queriendo, pudiendo y haciendo las cosas no salen.

Yo quiero:

Considero que es el elemento más importante, pues un runner tiene que querer correr y practicar atletismo. Cuando no disfrute haciéndolo o sienta que es una obligación, una decisión acertada sería reconsiderar los motivos por los que ya no le satisface.

Yo puedo:

Es el segundo elemento. El runner quiere correr, y tiene capacidad para hacerlo. Qué es importante aquí: ajustar expectativas, ser realistas, dedicar el tiempo que podamos dedicar a la actividad física, sin más pretensión que disfrutar corriendo.

Yo voy:

Este elemento vendría a ser como los buenos propósitos de cada 1 de enero. El runner quiere correr, tiene capacidad para ello, pero a veces sus propositos se esfuman.

Hoy invito a la reflexión, pues ¿no es realmente la esencia del deporte el divertirse, el sentirse satisfecho y la superación personal? ¿No estaremos convirtiendo al deporte en otra fuente de estrés y en una obligación, en lugar de en una actividad placentera?

Los objetivos, las marcas, el resultado, la posición en una carrera... Todo eso está muy bien, pero considero que no es ni la esencia del deporte ni lo que nos convertirá en felices corredores. Los principales objetivos de un runner entiendo que deben ser:

1. Salud:

Practicar deporte tiene numerosas ventajas sobre nuestra salud, es bueno para liberar estrés, para mantener el peso corporal en valores óptimos, es aconsejable en personas que padecen ansiedad y depresión, así como para despejar la mente.

2. Divertirse:

Los beneficios del deporte sobre la salud se pueden ir por la borda cuando convertimos el atletismo en una fuente de estrés y obligación, cuando ponemos excesivamente nuestro cuerpo al límite, cuando nos obsesionamos con un resultado o marca, pero sobre todo cuando después de un entrenamiento o competición regresamos frustrados o enfadados a casa. El runner es una afición y debe servirnos como fuente de diversión y reforzamiento en nuestra vida cotidiana.

3. No obsesionarse:

En ocasiones veo a runners que convierten lo que era una bonita afición en una obsesión, hasta el punto de que llega a quitarles el sueño. Todos queremos siempre que las cosas salgan como esperamos, pero un mal entrenamiento, unas semanas más flojas o malos resultados, no deberían ser nunca ni en un aficionado ni en un profesional un motivo para disgustarse o entristecerse. Es muy importante relativizar las situaciones, y darle a cada acontecimiento la importancia que tiene, aprender siempre y buscar el lado positivo de las cosas, porque, insisto, estamos hablando de una afición.

4. Material deportivo:

Que el running está de moda y se ha convertido en un negocio es evidente. Pero considero que no es necesario disponer de cinco pares de zapatillas, el material deportivo más caro del mercado o los últimos avances tecnológicos para ir a entrenar o disputar una carrera popular. No hay que confundir una afición con una profesión, porque sino volvemos a lo mismo, tarde o temprano nos acabaremos cansando de tener otra obligación más.

5. Ser felices:

¿Recuerdas el primer día que saliste a correr? Probablemente las sensaciones eran malas y al día siguiente te dolía todo o tal vez ni tan siquiera podías correr un kilómetro y tenias que ir caminando a ratos. Al poco tiempo, verías cómo la mejora era sustancial y si un kilómetro te costaba siete minutos, luego te costaba cinco minutos. Esta sensación es maravillosa, nos hace sentir muy bien porque vemos recompensado nuestro esfuerzo. ¿Cuál es el problema? Cuando se nos va de las manos y queremos más y más, y que todo suceda muy rápido, olvidándonos de lo más importante: el atletismo nos hace felices.

Sonríe al calzarte las zapatillas, disfruta de la sensación de libertad al correr, felicítate al acabar el entrenamiento, independientemente de cómo haya ido, y al llegar a casa recuerda que corres porque te hace sentir feliz.

*Psicóloga Deportiva

twitter: @mvallsbarbera