La jornada de descanso y reflexión del Castellón prolongó los efectos del movimiento sísmico generado por el 4-0 de hace una semana en Borriol y la decisión de Ramón María Calderé de prescindir de Javi Selvas. A expensas de que el entrenador amplíe las explicaciones apenas atisbadas el domingo y que ofrezca su punto de vista sobre la marcha de un jugador al que tanto alabó hasta no hace mucho y al que convirtió en uno de los capitanes, el futbolista de la Pobla de Vallbona sí opinó ayer al respecto, hurgando en la herida, pues no dejó en un buen lugar al técnico tarraconense, obligado a retomar el control total de un vestuario que trata de asimilar los últimos acontecimientos con una sombra de duda: ¿será la única baja?

Selvas ya ha llegado a un acuerdo verbal con David Cruz para el finiquito, al que solamente le resta la firma para que el futbolista ponga fin a su trayectoria (curiosamente, hoy se cumple un año de su llegada). El defensa ha recordado, por ejemplo, que se jugó “la salud” por infiltrarse para disputar el Castellón-Linares, descubriendo también los elogios que, delante de sus compañeros, le dirigió el catalán al ubicarle como mediocentro en Ferrol, semanas después de que intercediera para que Selvas fuera elegido uno de los capitanes.

Según el futbolista, Calderé le transmitió la decisión tras el encuentro ante el Atlético Saguntino (ya le había dejado fuera de la convocatoria). “Es por un tema extradeportivo y personal. Al parecer, no le gustó un comentario que hice después del partido ante el Ontinyent, que no debía excusarse en los arbitrajes, porque le podían sancionar o volverse en nuestra contra”, desarrolló. “Es alucinante que esté fuera del Castellón por este motivo”, añadió, dejando caer que “el míster pueda estar fuera [del club] en 15 días, pero le deseo la mejor de las suertes, a él, a mis compañeros, al equipo y a la afición...”.

Unas manifestaciones que tampoco habrán gustado a Calderé, porque, en primer lugar, rompen con uno de los códigos sagrados de cualquier vestuario (la máxima es: lo que pasa dentro, se queda dentro); y segundo, las explicaciones del futbolista tampoco le dejan en muy buen lugar.

De momento, una salida. Habrá entradas. El club ultima la contratación de un delantero de área, muy potente físicamente, para que ahora supla a los lesionados Rubén Fonte y Gaizka Saizar y que, cuando ambos se recuperen (en unas tres semanas), se convierta en una alternativa.

PORTERO A PRUEBA // Además, Calderé tiene a prueba al portero José Antonio Casero. De 23 años y natural de Albacete (1,84 metros y 81 kilos), procede del Puertollano y fue suplente en ambos partidos de la eliminatoria de dieciseisavos de final de la reciente Copa RFEF, aunque también ha militado en los filiales del Getafe y Albacete, Móstoles y Madridejos. El domingo ya estuvo en Castalia y al día siguiente ya trabajaba a las órdenes del tarraconense.

Los albinegros vuelven a ejercitarse hoy, en doble sesión. Todo apunta a que Calderé moverá ficha y que tratará de rebajar la tensión acumulada dirigiéndose a la plantilla. El Castellón está obligado a revertir la situación en Alzira, porque una jornada más sin ganar multiplicará las urgencias y dejará el terreno abonado a más medidas drásticas... H