Es difícil jugar a fútbol cuando uno no quiere. Y el Granada ayer no quiso. El Villarreal tuvo por completo el dominio del balón hasta el tramo final, cuando el equipo de Joaquín Caparrós estiró al fin las líneas y probó a Sergio Asenjo ante la providencial respuesta del portero amarillo frente al disparo de Jhon Córdoba y el cabezazo de Murillo. Pocas ocasiones para los dos equipos, que parecían satisfechos con el empate y el reparto de puntos a la conclusión del choque. Vista la poco atractiva propuesta del conjunto nazarí y el susto final en la portería amarilla, el resultado hizo justicia a lo visto sebre el terreno de juego.

Sorprendió el once de inicio del Villarreal. Sobre todo la suplencia de Cani por decisión técnica. También llamó la atención que Denis Cheryshev comenzara el encuentro desde el banquillo, lo que se justifica por su falta de entrenamientos. Marcelino suele contar con los futbolistas que mejor trabajan durante la semana en la Ciudad Deportiva y el internacional ruso estuvo concentrado con su selección hasta el pasado jueves debido a amistosos y partidos de clasificación para la Eurocopa del 2016 .

Ante las ausencias por lesión de los dos laterales izquierdos de la plantilla, Jaume Costa y Jokic, así como de los dos máximos goleadores de la pasada temporada, Uche y Giovani dos Santos, el Submarino saltó con un equipo jovencísimo, con una media de edad de 22,3 años en el que siete de sus once futbolistas habían pasado en algún momento por el filial amarillo. Un equipo joven y de la casa. La apuesta del club por el fútbol base se expuso así a las claras sobre el césped de Los Cármenes. Bruno Soriano (30) era el único jugador con más de 25 años en la formación inicial.

Pese a la juventud e inexperiencia del equipo --Gerard Moreno y Adrián Marín debutaban en Primera División y lo hacían como titulares--, el baby Villarreal dio la cara desde el principio. La primera ocasión, eso sí, fue para Isaac Success (min. 2), pero su cabezazo se fue rozando el palo de Sergio Asenjo. Tras este susto inicial, el Submarino se soltó y tomó el mando del partido ante un replegado Granada, un conjunto made in Caparrós.

EL GRANADA, SIN COMPLEJOS // Pese a jugar en su estadio y ante su público, el equipo nazarí no tuvo ningún problema a la hora de parapetarse en su campo y esperar el error del Villarreal, que dio pocas concesiones a los locales durante la primera mitad. Como muestra, la posesión del balón fue de 38% a 62% para los de Marcelino. Tener el balón no asegura ganar un partido, pero si lo rehuyes la garantía de éxito tampoco es muy alta, que digamos.

Cuando Moi Gómez, Espinosa, Trigueros y, por supuesto, Bruno, conectan, algo puede pasar. Por muchos defensas que Caparrós acumulara en el área, los jugones amarillos querían inventar y fruto de estos intentos llegó una buena ocasión de Luciano Vietto que el delantero argentino definió con un disparo desviado (min. 34). Poco fútbol y pocas ocasiones en los primeros 45 minutos, aunque lo cierto es que si hubo un equipo que lo intentó ese no fue otro que el Villarreal.

PELIGRO EN LA ESTRATEGIA // Tras el descanso, más de lo mismo. Joaquín Caparrós movió piezas al retirar a Isaac Success --uno de los más incisivos en el equipo rival--, e introducir a Machís; pero el planteamiento granadino era el mismo. Curiosamente, pese a que el poderío aéreo de los locales era mayor, la mejor ocasión en los primeros compases de la segunda mitad llegó merced a la estrategia. Espinosa sirvió desde la esquina y el cabezazo del brasileño Gabriel lo repelió Roberto a córner (min. 53).

Conforme el cansancio en las piernas empezó a pasar factura a ambos equipos, Marcelino introdujo a Cheryshev y a Cani por Gerard Moreno y Espinosa. Los cambios en el conjunto amarillo supusieron un soplo de aire fresco para el equipo que a punto estuvo de tener incidencia en el marcador. El centrocampista ruso, anoche atacante, estuvo cerca de aprovechar un error de Roberto y buscó la portería siempre que pudo, mientras que Cani aportó claridad de ideas en los últimos metros.

AGOBIO FINAL // Sin embargo, y de manera incomprensible, el Villarreal se replegó cuando parecía tener al Granada contra las cuerdas. Un contragolpe protagonizado por el eléctrico Jhon Córdoba y un lanzamiento de esquina rematado por Jeison Murillo --las jugadas de estrategia son el principal argumento del Granada--, permitieron que Sergio Asenjo hiciera acto de presencia y demostrara que es un portero de primerísimo nivel. H