Convertida en slogan oficioso de la campaña de Bill Clinton en 1992, esta frase pretendía poner de manifiesto que lo que de verdad importaba al ciudadano era trabajar para sentirse útil, poder cubrir sus necesidades y pagar sus facturas. El empleo es la mejor de las políticas sociales posibles. Esa es la filosofía que ha marcado las políticas del Partido Popular desde que en 2007 se iniciara una crisis de consecuencias entonces inesperadas. Han pasado 8 años durísimos en los que todos hemos sufrido el drama del paro en nuestras propias casas. ¿Quién no ha tenido un hijo, marido, amigo, sobrino o nieto que no se haya visto con una carta de despido?

Las personas queremos trabajar, no queremos subsidios. Queremos levantarnos por la mañana sabiendo que nos espera una intensa jornada laboral, un espacio de tiempo ocupado en una tarea que resultará productiva y que nos permitirá cobrar un dinero a fin de mes. Por eso cuando ayer conocíamos que el paro volvía a crecer durante el pasado mes de septiembre en Castellón tomé de nuevo conciencia de la importancia que tiene, aunque no lo crean, las políticas que ponen en marcha ayuntamientos, diputaciones o gobiernos autonómicos. El nuestro, sin ir más lejos, lleva más de 100 días perdido en este sentido. Lo único que ha hecho la alcaldesa durante este tiempo es convocar el Pacto por el Empleo y hacerse una foto, porque ni una sola medida salió de esa reunión, ni un solo proyecto de fomento del empleo ha sido anunciado durante todo este tiempo, ni una sola iniciativa que trasladar a los miles de castellonenses que hoy siguen en el paro y no porque quieran. Ellos y todos queremos tener la libertad de elegir y de vivir. Esa es la diferencia entre el intervencionista y el liberal. Las personas no quieren que les den vales para comida o que su Ayuntamiento les tenga que pagar el recibo de la luz o el del agua, lo que necesitan es un puesto de trabajo. Y los puestos de trabajo los generan las empresas. Esa es la economía de la que tanto ha hablado el gobierno nacional aun a riesgo de ser criticado por no hablar de otra cosa. Esa es la diferencia entre las políticas que aplican o pretenden aplicar los partidos que ahora nos gobiernan en Castellón y las que hemos puesto en marcha y propugnamos los miembros del PP.

Porque no sé si el trabajo dignifica, pero lo que si sé es que el trabajo es lo que permite tener el ansiado estado de bienestar del que tanto hablamos; para ello nos eligieron los ciudadanos, para que tratemos de resolver sus problemas, y el paro es el mayor de ellos. Por eso, y nunca mejor dicho, señora Marco, póngase a trabajar. H

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón