Acusado de 79 homicidios por imprudencia, el maquinista del tren que descarriló el miércoles en la entrada de Santiago de Compostela, Francisco José Garzón, declaró ayer al juez: “No sé qué me pasó”. Admitió que conducía con exceso de velocidad, pero no aclaró por qué.

Eso fue todo lo que el conductor respondió a las preguntas del magistrado sobre las causas del descarrilamiento. Después, quedó en libertad con cargos, al no apreciarse riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas ni de reincidencia. A Garzón le fue retirado el pasaporte y deberá presentarse cada semana en la comisaría.

En el primer atestado policial que los investigadores de la brigada judicial de Santiago han entregado al magistrado se apunta a un exceso de velocidad como la causa del descarrilamiento, causado por un despiste del conductor, explicaron fuentes al corriente de las diligencias. El atestado deja abierta la puerta a otras circunstancias que deberán determinar informes técnicos, como el estado del tren y si el tramo en el que se produjo el accidente tenía suficientes medidas de seguridad y si estas funcionaron bien.

EN EL CALABOZO // Esposado, con camisa azul con unas finas rayas blancas, barba de tres días y unas gafas de sol que ocultaban su mirada, Garzón había llegado a los juzgados de Santiago minutos antes de las 18.30 horas. En comisaría había pasado las últimas horas solo en un calabozo, controlado por una cámara de seguridad y los agentes de guardia.

La policía apuró el día de ayer para acabar de redactar un “complejo” atestado que crecerá conforme avance la instrucción judicial. El atestado indica que el accidente se produjo a una hora en que las condiciones meteorológicas eran buenas. Y adjunta la documentación facilitada por Renfe sobre el tren, que ese día había pasado una revisión.

La defensa del maquinista solicitará informes sobre el tren para tratar de corroborar la hipótesis de que los sistemas de seguridad no advirtieron que el conductor no había activado el mecanismo que estabiliza y permite pasar de 190 a 80 km/h. También se pedirán estudios sobre el estado de la vía, y sobre si esa curva, que incluso llamaba la atención a técnicos de Fomento, tenía suficientes medidas de seguridad pasiva.

En las últimas horas, la policía solicitó a Fomento toda la documentación sobre ese tramo, y no consta ningún informe que apunte falta de seguridad. El atestado destaca también que el maquinista era un profesional con experiencia, con una hoja de servicio intachable y que conocía la ruta a la perfección, porque había conducido ese tren en más de medio centenar de ocasiones.

Y adjunta el atestado varias capturas del perfil personal en Facebook de José Francisco Garzón, en las que hace dos años bromeaba sobre la velocidad de bajo la foto de un velocímetro.

A falta de lo que puedan aportar los técnicos, los investigadores mantienen la hipótesis del primer día, reflejada en la primera conversación que Garzón mantuvo con el centro de emergencias tras el accidente, y con los policías que le trasladaron al hospital. “Se le fue. Se debió despistar con algo que ahora mismo no sabemos. Quizás un exceso de confianza”, reiteraron.

LLAMADA GRABADA // En el atestado se ha incluido la transcripción de esa conversación telefónica de Garzón con el centro de emergencias. Una llamada grabada en la que el maquinista confesó que iba a 190 km/h. en un tramo de 80. También se han incorporado las conversaciones que mantuvo con el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, y con los policías que le trasladaron hasta el hospital. En todas asumió que iba a más del doble de velocidad.

Su salida del hospital, el sábado no había sido fácil. Ingresado en la misma planta que varias víctimas del descarrilamiento, una mujer familiar de uno de los heridos reconoció al maquinista cuando era conducido esposado hasta el ascensor y con rabia le insultó, según el Correo Gallego. H